Sunday, December 13, 2015

Los Lagartos, sátira sobre la Política en Latinoamérica

Los Lagartos
De Hugo Noel Santander Ferreira
Comedia Greco-colombiana

Estrenada el 24 de Noviembre en función única en el Teatro de la Escuela de Infantería de Marina de la Base de la Armada Nacional de Coveñas, Sucre







ACTO ÚNICO
                    Personajes
1. Severo Pícaro, presidente de Mondongo, 55 años
2. Óptimo Pícaro, juez, hijo del anterior, 25 años
3. Soila Cerda de los Platos, vendedora de chorizos, 35
años
4. Olimpio Platos, su esposo, traficantes de puestos
para la licencia de conducción, 34 años
5. Fétida Elsa Podiondo, lagarto*, antigua mendiga, 40
años
6. Sevelinda Parada, reina de belleza, 21 años
7. Amí Amado, periodista, 55 años
8. Aquiles Castro, bailarín de porro, también artista,
30 años
9. Pombo y Platillo, lagarto**, 65 años
10. Prócer Joe Hurtado, 47 años
11. Elvio Lao, cineasta, 27 años
12. Doyla Plata, 40 años
13. Policía 1, honrado
14. Policía 2, honrado
Escena 1
     Olimpio, Soila.
     La luz del mediodía ilumina la plaza de Ciudad
     Mondongo.
     Una gran valla de Severo Pícaro, hombre de rasgos
     anfibios y sonrisa bufonesca cortada por una
     cicatriz, cuelga de la fachada de un Palacio; en
     ella se lee "Por un gobierno sin mentiras vote
     Severo Pícaro Presidente".
     La valla se proyecta en la pantalla LED, como
     parte de la ciudad. Debe ser una imagen pregrabada
     y editada para que logre una realidad aumentada.
     Esta pantalla funciona como ventana, y como
     ambientación de la obra y sus vicisitudes.
    
CONTINUED:
2.
          En el fondo se escuchan motores de la ciudad,
          personas merodeando la calle, perros, vendedores
          ambulantes, sirenas, radios, etc.
          Suena un tango en el fondo (puede ser en vivo con
          la orquesta o pregrabado).
          Las cámaras enfocan los elementos de la escena y
          los transmite mezclados sobre la pantalla.
          Nubes grises avanzan raudas sin oscurecer el sol
          al fondo: Un rayo de luz cae sobre OLIMPIO, de
          saco verde y corbata ancha.
          Al centro del escenario El PRÓCER, performando
          como una estatua de Joe Hurtado. A la derecha se
          descubre un aviso de diseño Art Nouveau que reza:
          "Cafetería Milonga/Famosa desde 1848"; bajo éste,
          sobre el proscenio, una mesa con un periódico
          cubierta con un mantel de algodón; sobre ésta se
          ve un balde desbordante de hielo, dos vasos y una
          botella de whisky vacía.
          Dos torres en espiral surgen a izquierda y derecha
          del foro: la estrada de los lagartos 1 y 2.
          Alrededor de la mesa hay cuatro sillas.
OLIMPIO
     Qué vergüenza con ustedes, pero justo ayer me enteré
     que mi esposa me engañaba.
          Entra Soila con una sartén y lo mira
          inquisitivamente.
SOILA
     Y allá, ¿qué es lo que tanto refunfuña usted?
OLIMPIO
     ¡Turnos para sacar la licencia de conducción! ¡Ahorre
     su tiempo y evite filas de hasta ocho horas! ¡Compre su
     puesto por diez mil pesos!
SOILA
     ¡A mil la longaniza!
          Soila le lanza la sartén, la cual Olimpio trata de
          esquivar y falla.
OLIMPIO
     ¡Yo ahora que hice? ¡Soy un pobre subdesempleado que se
     gana la vida socorriendo a quienes deseen evitar filas
     de hasta dos días en la oficina de licencias de
     conducción!

3.
SOILA
     ¡Yo hubiera sido una magistrada a no ser por el hijo
     que usted me endilgó!
OLIMPIO ¿Yo?
SOILA
     ¿O no fue usted? ¡Y no me rezonga!
          Soila sale con gesto gruñón.
OLIMPIO
     ¿A qué huele? ¿De dónde viene? ¿Con quién estuvo?  Como
     si no supiera de sus andanzas con Aquiles, un bailarín
     de porro que acabó siendo asesor artístico.
     ¡Embustes!  ¡Un verdadero adulador de cabo a rabo! ¡Un
     lagarto corrupto y clientelista! (Ríe maléfico) ¡Pero
     ya veremos cuánto les dura la luna de miel! Hay rumores
     de golpe de estado en Mondongo: guerra civil,
     destrucción, muerte. ¡Su hijo Óptimo trama una
     revolución!
          Una luz cenital cae sobre Olimpio. Sonido de aspas
          de helicópteros.
          Olimpio levanta sus brazos.
OLIMPIO
     ¡Soy neutro y neutro es el color de mis zapatos!
          El sonido se aleja; la luz básica retorna.
OLIMPIO
     Soy fiel al decir de mi bisabuelo.
ABUELO (O.S.)
     ¡No hay lambón que no la lleve!
OLIMPIO
     Lambón, del verbo lamber, es un sinónimo de la palabra
     adulador, del latín adulari, que traduce besar el...
          Se oye un silbido.
Escena 2
          Olimpio, Lagartos 1, Lagartos 2, Corifeo.
          Música ballenata. Se oyen silbidos de flirteo que
          lentamente se tornan en una tonada musical, a lo
          Sergio Leone. Colas que se mueven: es el baile de
          entrada de los lagartos.
(furiosa)

          Se proyectan imagenes de lagartos luchando a
          dentelladas.
LAGARTOS 1
     Somos asesores del Presidente
     El paladín que nos auxilia
     Nuestro modelo y pretendiente
     Jefe de nuestra cuadrilla
LAGARTOS 2
     ¡Protestamos contra el tirano!
     Somos la tropa del oídor
     Rival de su padre anciano
     Hijo del inquisidor.
CORIFEO
     ¡Silencio! ¡No discutamos!
     A ambos los aprecio yo
     Padre e hijo son los amos
     Desde que la aristocracia se cayó
LAGARTOS 1
     Somos la corte del Presidente
     Patrón feliz que nos auxilia
     Persuadiéndonos de hincar el diente
     Por un bistek a la parrilla.
LAGARTOS 2
     Apoyamos al oídor judicial
     Quien tramó este enredo
     Y nos dió fama mundial
     Contratándonos a dedo
CORIFEO
     De ambos sois alcahuetas
     Disfrutad vuestro privilegio
     Padre e hijo a sus piruetas
     Ensalzaré su saldo egregio
LAGARTOS 1
     Severo ya nos ve con su cigarro
     Aprobemos su nuevo gravamen
     A los cuidanderos de carro
     Y que nuestros opositores bramen.
LAGARTOS 2
     Tampoco seamos inhumanos
     Adulemos a nuestros opositores
     Que si del oídor somos hermanos
     Seremos de su papi cortesanos.
          Mutis de los lagartos.
CORIFEO
     ¡Que viva Pícaro!
LAGARTOS 1 & 2
     ¡Qué viva y su botín dorado!
Salen.
Mismos, Soila.
Soila entra.
Escena 3
  OLIMPIO
     Y esto desde cuando miriadas de leguleyos se lanzaban
     junto a los lagartos a la zaga de los barcos de vapor
     que remontaban el río Magdalena desde la costa hasta la
     capital.
SOILA
     Tiempos aquellos en que llegaban nuestros eximios
     gobernantes con su corte de aduladores.
          Se proyectan rostros de lagartos y de perros
          melosos. Los humanos emulan en lealtad y ternura a
          los perros.

6.
SOILA
     ¿Como no admirar sus caritas de perro necesitado,
     titirande de frío, sonriendo entre sus trajes
     húmedos?(Pausa, a Olimpio). ¿Usted cree que volvamos a
     la dictadura?
OLIMPIO
     Todo se puede esperar de Severo Pícaro.
SOILA
     ¿Quién lo creería? perseguía a facinerosos por esta
     calle, bolillo en mano, como buen policía antimotines,
     hará apenas cinco años, durante las revueltas
     anarquistas.
SEVERO (V.O.)
     ¡Ladrón! ¡Ladrón!
ÓPTIMO (V.O.)
     ¡Allá va! ¡Cójanlo!
Escena 4
            ELVIO LAO, quien porta una cámara y un trípode
          -aún con etiquetas de precios-, en sus manos,
          cruza el escenario.
          SEVERO, en traje de Policía, lo persigue bolillo
          en mano; le sigue otro gendarme, su hijo, ÓPTIMO
          PÍCARO, quien enarbola una pistola de gases
          lacrimógenos.
          Soila da una palmada y Severo y Óptimo se
          congelan.
SOILA
     ¡Sí! ¡Les presento a Severo, el bribón más listo, quien
     alcanzó el poder luego de salvarle la vida a una mujer
     secuestrada.
          Aplausos pregrabados.
OLIMPIO
     Fue Severo, ya presidente, quien hizo de este otro
     policía, su único hijo Óptimo Pícaro, Oídor de la Corte
     Suprema de Justicia!
          Aplausos pregrabados.
           Olimpio da una palmada y Severo y Óptimo
          continúan su carrera fuera del escenario.

7.
SOILA
     Fue cierto día de octubre, en medio de una de las
     tantas revueltas que azotaban a Mondongo en ese
     entonces, que Severo conoció a quien a la postre sería
     la parlamentaria Fétida Elsa Podiondo.
OLIMPIO
     En circunstancias que podríamos considerar más que
     desfavorables.
Escena 5
          Severo, Fétida.
          La luz se altera, oscureciendo a Soila y Olimpio.
          Sonido de explosión. Severo regresa tambaleándose,
          herido en su costado. FÉTIDA, vistiendo harapos,
          greñuda y de cabellera profusa, le sigue a pasos
          cortos.
          Iluminación en rojo.
          Iluminación simula carros de bomberos, policía,
          sirenas.
          Sonido de gente gritando.
          En la pantalla escenas de crímenes locales,
          escenas desgarradoras de la actualidad nacional,
          bombas, atentados.
          Huele a pólvora.
FÉTIDA
     ¿Lo hirieron teniente Severo?
           Severo la observa de pies a cabeza.
SEVERO
     No se preocupe, Fétida. Es sólo un dolor de cabeza.
FÉTIDA
     ¿Me da una monedita, teniente?
SEVERO
     ¿Monedita? ¿Tengo aspecto de parlamentario? Usted es
     una vagabunda. ¿Por qué no trabaja en algo decente?
FÉTIDA
     Soy una mujer honrada, teniente. Lo que hago, lo hago
     por necesidad. Déme cien pesos.
  
8.
SEVERO
     ¡Váyase!
           Severo avanza. Fétida lo sigue.
FÉTIDA
     Su estado da lástima. ¡Un teniente sólo y herido! Si
     los anárquicos se enteraran. Déme cien pesos. Yo no
     robo, teniente; se lo pido decentemente.
SEVERO
     ¿Y quién le dijo que usted podía robar?
FÉTIDA
     ¿Con qué no puedo?
SEVERO
     Si roba la meto a la cárcel.
           Fétida extrae un puñal de su corpiño.
FÉTIDA
     ¡Ya veremos teniente! ¿Quiere que lo chuce aquí mismo,
     a ver cuanto lo protege la ley?
(iracunda)
SEVERO
     Ésta me salió majadera.
FÉTIDA
     Tome, para que se acuerde.
           Fétida se abalanza sobre Severo, cortándole la
          cara. Nuevo ataque: Severo la esquiva con una
          llave, toma su cuchillo y lo presiona contra la
          garganta de Fétida.
SEVERO
     ¿Sumercé busca que la envíe a mejor vida?
FÉTIDA
     Ganó mi teniente, yo sólo quería jugar.
SEVERO
     A ver que tiene por ahí.
FÉTIDA
     Nada, soy pobre.
           Severo extrae de su corpiño un fajo de billetes.
(temerario)

9.
SEVERO
     Por la cortada.
           Severo la empuja. Fétida grita y cae al suelo.
           Severo guarda la navaja y se aleja contando sus
          billetes.
Fétida se aleja en sentido opuesto sollozando.
FÉTIDA
     ¡Rata!
Oscuridad.
          Olimpio, Soila.
Escena 6
  OLIMPIO
     ¿Enemigos a muerte? No se engañen, ¿no han oído ustedes
     que a menudo quienes se detestaron en la pobreza son
     uña y mugre en la opulencia, llegando incluso a
     establecer alianzas de sangre?
SOILA
     ¡Cállese ya, que el director de la obra le ha dicho que
     no les cuente el motivo de la querella entre padre e
     hijo...
OLIMPIO
     Entre Presidente y Oídor...
SOILA
     Cierto.
OLIMPIO
     Entre el Poder Ejecutivo y Judicial de...
SOILA ¡Ya!
 Olimpio y Soila salen.
Escena 7
Aquiles, Elvio.
 Entra AQUILES CASTRO vistiendo sombrero Panamá,
chaqueta rosada, camisa celeste y un pantalón
verde limón.
Lo sigue Elvio Lao, quien porta su cámara robada.
  
CONTINUED:
10.
          Sesión fotográfica al son de la música.
ELVIO LAO
     ¡Al centro! ¡Arriba! ¡Baje la quijada! ¡Suba la pierna!
     ¡Acurrúquese! ¡Al suelo! ¡Contorsiónese! ¡Maltrátese!
AQUILES
     ¿Es necesario?
ELVIO LAO
     ¡La fotografía es una copia de la realidad! ¡Una imagen
     que vale más de mil palabras!
AQUILES
     Eso he leído.
          Aquiles se golpea y se contorsiona.
          Elvio emite una risilla que se esfuerza por
          controlar; Aquiles lo mira con furia mientras se
          compone. Elvio empaca su cámara y accesorios.
AQUILES
     ¿Se ríe usted a mis expensas?
ELVIO LAO
     Su cara me recordó a un amigo que decía que sería
     millonario, hasta el día en que acabó en la cárcel.
           Elvio sale con una risilla entre los dientes.
AQUILES CASTRO
               (Aparte)
     Tampoco entendí lo que decía con eso de las mil
     palabras. ¡Pobre diablo! Cree que le vamos a dar un
     contrato en la alcaldía. (Pausa). Aquí tomaré el camino
     largo para ir a la corte de lagartos. No quiero toparme
     con una noviecita que tengo por ahí, esposa de un
     bobito.
           Aquiles Castro sale.
Escena 8
          Lagartos 1, Fétida.
           Se oye un clamor. Entra el coro 1 de Lagartos
          liderados por FÉTIDA, ahora mujer alta y esbelta.
          En la pantalla aparece una serie de imágenes de
          lagartos, caminando por la selva, devorando
          presas.
  
11.
          Fotografias de la fauna colombiana a lo largo de
          la escena.
          Sonidos de naturaleza: efectos y sonidos de los
          páramos, ríos y quebradas.
          La iluminación móvil sincronizada con el audio
          para hacer un efecto más real.
          Iluminación roja tipo mercurio sobre el escenario.
LAGARTOS 1
     Entonemos un ballenato
     Al hombre de buen proceder
     Quien nos da de comer
     Y desterremos al ingrato
     Al que husmeó en el horno
     Nuestra botella de ron.
     ¿No sabe que con soborno
     Todo encuentra solución?
          Aparece en pantalla el comercial de una empresa de
          longanizas: finaliza con un close up de las
          longanizas en el cesto disuelto sobre una imagen
          de la ciudad y fundido a la sonrisa coqueta de
          Soila.
          Huele a fritanga.
Escena 9
          Olimpio, Soila, Fétida, Lagartos.
          Soila y Olimpio entran.
SOILA
     ¡A la orden el chorizo con papa criolla!
OLIMPIO
     ¡Turnos para la fila de la licencia de conducción!
FÉTIDA
     ¿A cómo?
SOILA
     A diez mil la canasta, sumercé.
   
12.
FÉTIDA
     ¿Y es qué acaso usted usa aceite de oliva?
SOILA
     Sumercé como sabe; me lo traen de Sevilla, Valle.
FÉTIDA
     Dame una fiada, por favor.
SOILA
     Que pena sumercé pero prefiero conservar un cliente
     enojado que perder a otro harto y feliz.
OLIMPIO
     Me extraña querida Soila Cerda que desconfíes de la
     honradez de la eminente parlamentaria Fétida Elsa
     Podiondo. ¡Representante de los pordioseros y
     prostitutas de Mondongo! ¡La única aduladora que usa
     desodorante "Pierre"!
FÉTIDA
     Me abres una línea de crédito más bien si te parece.
          Soila la observa desconfiada.
OLIMPIO
     ¿Si sabes que Fétida es un personaje influyente, capaz
     de rescatar de la miseria y del olvido a sus
     aduladores?
SOILA
     Estoy al tanto de su pasado.
OLIMPIO
     !Entonces fíele ese chorizo a la futura Primera Dama de
     Mondongo!
FÉTIDA
     Mire que ando de afán, tengo hambre y no tengo sino
     chequera.
SOILA
     Doctora, seré todos menos lerda; sólo le fío a la
     santísima trinidad, y eso si la Virgen María los
     respalda con una letra.
OLIMPIO
     ¡Pero qué desconsiderada!
FÉTIDA
     Mira, si tú me fías un chorizo, te prometo un salario
     copioso en el Ministerio de Higiene.
(Meliflua)

13.
OLIMPIO
     Cuota política que nuestro presidente prometió a Fétida
     desde que la comprometió con su hijo.
SOILA
     Pero si Óptimo Pícaro no la quiere.
FÉTIDA
     Deje de refunfuñar, Soila, y fíele un chorizo a la
     parlamentaria Fétida Elsa Podiondo.
SOILA
     Qué pena con usted, pero...
          La lagarto Fétida Elsa Podiondo le arrebata la
          cesta con chorizo a SOila y lo muerde.
FÉTIDA
     Gracias.
Fétida sale.
SOILA
     ¡Bueno!
          Ambos miran de derecha a izquierda.
LAGARTOS 1
     Severo viró por el pasillo
     Que nadie le cepille el rizo
     Sin que apruebe el pecadillo
     Del arancel chorizo.
OLIMPIO
     ¡Qué vivan quienes gobiernan nuestras vidas!
LAGARTOS 1
     ¡Qué viva!
SOILA
     Este no sabe para quien trabaja.
          Los lagartos carcajean.
          Olimpio se arrodilla ante Soila.
OLIMPIO
     ¡Soila! ¿Por qué no volvemos al campo y cultivamos
     papa, como cuando nos conocimos?
(A los lagartos)

CONTINUED:
14.
SOILA
OLIMPIO
     ¡Entonces es cierto! ¿Elmer...?
SOILA
     ¡Elmer Curio!
OLIMPIO
     ¿Los mismos que patrocinan nuestros reinados de
     belleza?
Escena 10
          Olimpio, Soila, Sevelinda.
          La luz disminuye sobre Olimpio y Soila.
          Entra SEVELINDA, transvesti delgada, de labios
          sonrosados, cabellera profusa y senos prominentes.
          Viste traje de baño, con una cinta en que se lee:
          "Miss Curio".
BUSTO DE LA VACA (V.O)
     La mujer más hermosa del universo.
ÓPTIMO (V.O.)
     ¡La luz del entendimiento!
AMÍ AMADO
          (A Olimpio)
¿Pero no sabe usted que la papa es ahora propiedad de
la multinacional Elmer?
  Escena 11
Olimpio, Soila, Sevelinda, Amí Amado.
Entra Amí Amado, periodista.
                 (V.O.)
     ¡Y desde la tierra de hombres que no conocen ni las
     escaleras ni el hielo, recibimos a Miss Curio!
Aplausos.
AMÍ AMADO
     Y ahora, una pregunta capciosa, ¿usted cree que la
     mujer es el complemento del hombre?
SEVELINDA
     Yo creo que el hombre se complementa al hombre, mujer
     con mujer, hombre con hombre y también mujer con
     hombre, del mismo modo, en el sentido contrario.

CONTINUED:
15.
AMÍ AMADO
     ¿No es esa una respuesta tonta?
SEVELINA
     Si la cree tonta, tonterías escucha.
AMÍ AMADO
     ¡Señorita! ¡Usted nos ofende!
SEVELINDA
     ¡Seré periodista de la oposición! ¡A partir de hoy
     denunciaré los abusos suyos y los de la familia Curio!
          Sevelinda se rasga su cinta y la arroja.
AMÍ AMADO
     ¿Y no teme al desempleo?
SEVELINDA
     Es cierto. No importa; me casaré con un hombre
     influyente.
OLIMPIO
     Fue por entonces que conoció a Óptimo Pícaro; se
     enamoraron, y se amaron como sólo se aman los
     jóvenes...
SOILA
     Hasta que Severo Pícaro lo obligó a casarse con Fétida
     Elsa Podiondo.
Escena 12
          Olimpio, Soila, Óptimo, Severo, Fétida.
          Entra Óptimo y Severo Pícaro.
          Severo conduce de su mano derecha a la lagarta
          Fétida Elsa Podiondo.
          Olor a comida.
SEVERO PÍCARO
     Te casarás con Fétida Elsa Podiondo.
ÓPTIMO PÍCARO
     ¡Jamás!
SEVERO PÍCARO
     ¿Por qué?
(Riendo)
  
16.
ÓPTIMO PÍCARO
     ¡Porque huele!
SEVERO PÍCARO
     ¡No me digas! ¿Y a qué?
ÓPTIMO PÍCARO
     Su cuerpo... ¡Uh!
SEVERO PÍCARO
     ¡Todos olemos a algo! ¿O al oídor ya se le olvidó de
     dónde salió? Decían los latinos Naturalia non es
     turpia, que significa tápese la nariz y aguante.
          Óptimo se torna un niño consentido de siete años.
          Severo toma un periódico de la cafetería y se
          sienta a leer bajo el sol.
          Se proyectan fotos de Sevelinda semidesnuda, con
          frutas, chocolate, miel y almendras sobre su piel.
          Olor a almendras, leche y miel.
ÓPTIMO PÍCARO
     Prefiero a Sevelinda, que si huele a algo es a frutas,
     chocolate, queso papillón y jabón de leche con
     almendras. ¡Daddy cool! ¡Cásame con una reina.
SEVERO PÍCARO
     ¡Ni pensarlo! No te acepto a Sevelinda Parada ni de
     moza.
(Susurrando)
ÓPTIMO PÍCARO
     ¡Amo a Sevelinda Parada papá!
SEVERO PÍCARO
     ¡Sobre mi cadáver! ¡Y eso, acostada!
ÓPTIMO
               (Adulto: agresivo, gritando)
     ¡Usted habla, señor Presidente del ejecutivo, con
     Óptimo, Presidente de la Corte Suprema!
SEVERO PÍCARO
               (Suave)
     Recuerde que hace tres años era un simple cabo. A mí me
     lo debe todo.
(Adolescente)

17.
ÓPTIMO PÍCARO
     Ni soy de aquí, ni soy de allí, ni del este ni del
     noreste. Yo vine porque quise, a mí no me engendraron.
     Seré de los sureños padre.
          Danza de los partidos. Luz roja.
          Entran los lagartos 1 y 2, estos últimos portando
          rifles de cañon corto.
Escena 13
SEVERO PÍCARO
     ¡Naciste norteño y norteño morirás!
     vástago de mis esfuerzos
     Así naciste; así continuarás
     ¡De mi concepción marioneta!
ÓPTIMO PÍCARO
     ¡Qué vivan los sureños!
     ¡Defensores de los oprimidos!
     ¡Los que denuestan del jet-set!
     ¡Qué viva el trópico de Capricornio!
LAGARTOS 2
     ¡Qué viva! ¡Arriba el sur!
     ¡Qué vivan los golpes de estado!
     ¡Qué vivan las revoluciones!
     ¡Qué nada de lo que existe exista!
     ¡Derroquemos a los gobernantes!
     ¡Volvamos esta ciudad patas arriba!
     ¡Somos los advenedizos!
     ¡Instauremos nuestra oligarquía!
     ¡Qué mueran otros por nosotros!
     ¡Jamás les diremos somos sus reyes!
     ¡Abajo la tiranía del poder!
     ¡Qué caigan los que están arriba!
  
18.
FÉTIDA
     ¡Tu papito te nombró Oídor!
     ¿Ya se te olvida, traidor?
     ¡Qué viva el trópico de Cáncer!
LAGARTOS 1
     ¡Qué viva el norte!
     ¡Qué viva la restauración!
     ¡Arriba la tradición guerrera!
     ¡Arriba la barbarie vikinga!
     ¡Muerte a quien nos irrespete!
     ¡Qué viva el estado de las cosas como están!
     ¡Qué nadie piense diferente!
     ¡Qué el jodido viva siempre tan jodido!
     ¡Qué no caigan los que están arriba!
     Y que los parlamentarios
     Los que no estamos tan jodidos
     Sigamos no estando tan jodidos!
LAGARTOS 1 & 2
     Que viva la rosca, el clientelismo
     la plata, las influencias, palancas
     Prebendas, nuestro nepotismo servil
     Donde por preguntar desterramos
     Y por desfalcar contratamos.
SEVERO PÍCARO
     ¡Demando de inmediato un juicio contra mi hijo Óptimo!
Pausa tensa.
ÓPTIMO
     ¿Algún juez que quiera juzgarme?
          Música tenebrosa.
          Óptimo y los lagartos 2 se desternillan de la risa
          a la par que atacan a los lagartos 1 y a Severo
          con cintas de confeti que sus escopetas disparan.

19.
FÉTIDA
     ¿Es esto es una revuelta?
POMBO Y PLATILLO
No Señora. C’est une grande révolution!
          Caen escombros sobre el escenario. Luces laser,
          lluvia, estallidos.
          Los lagartos 1 gritan huyen despavoridos
          escondiéndose en las grietas del escenario.
          Los lagartos 2 extraen una capa gigante, en la
          cual montan a Severo, quien es alzado en el aire
          varias veces.
SEVERO PÍCARO
     ¡Traición a la patria! ¡Auxilio! ¡Mi silla presidencial
     por un juez!
           Severó queda en el suelo. Los lagartos 2, Óptimo
          y se van.
          Oscuridad. Severo sale.
Escena 14
          Fétida, Olimpio.
          Olimpio camina a una esquina del escenario, en
          donde se encuentra con Fétida, oculta bajo una
          bufanda.
FÉTIDA
     ¿Nadie lo siguió? ¿Nadie lo vio venir?
OLIMPIO
     ¿Nuestro eximio gobernante el doctor Severo Pícaro
     respondió a mi carta?
FÉTIDA
     Apresúrese que hay toque de queda.
OLIMPIO
     Antes, ¿nos tomamos una foto?
Escena 15
          Fétida, Olimpio, lagartos.
          Ambos se preparan para un selfie. Surgen lagartos
          por doquier.
    
CONTINUED:
20.
          Se toman la foto.
          Los lagartos se van.
Escena 16
          Fétida, Olimpio.
FÉTIDA
     ¿Es cierto que tenemos a una doctora experta en leyes
     que desea retomar su profesión? ¿Alguien dispuesta a
     comandar los diálogos de paz por la familia Pícaro?
          Olimpio le enseña una fotocopia que se proyecta al
          fondo: un diploma en JURISPRUDENCIA otorgado por
          la Universidad de Mondongo.
OLIMPIO
     Soila ha sido magistrada de la corte constitucional y
     de la corte suprema de justicia, pero su amor al aire
     libre la llevó a renunciar a su antigua profesión para
     dedicarse a la fritanga.
FÉTIDA
     ¿Y qué pide a cambio? Es un trabajo peligroso.
OLIMPIO
     ¡Peligrosísimo! Una embajada en Copa Cabana para su
     esposo.
FÉTIDA
     Te ofrezco una en Manaos.
OLIMPIO
     ¡Trato hecho!
FÉTIDA
     ¡Me casaré este fin de año con Óptimo Pícaro a como de
     lugar!
Oscuridad.
Escena 17
          Olimpio, Soila, Elvio, Sevelinda.
           Sevelinda Parada, en traje de la década anterior,
          y quien porta un micrófono adherido a un traje
          ceñido que apenas cubre sus senos y sus muslos,
          entra y se acomoda un audífono inalámbrico detrás
          de su oreja.
    
CONTINUED:
21.
          A su zaga entra ELVIO LAO con gafas oscuras,
          auriculares y boina francesa; viste saco y corbata
          y porta una cámara con trípode y un micrófono
          inalámbrico.
SEVELINDA
     Hoy en "Alegrémonos", con Sevelinda Parada,
     demostraremos que el origen de la familia Pícaro no fue
     tan negativa en un principio. El Pícaro o el maestro en
     picar la carne en los banquetes de los reyes, era la
     estrella culinaria por antonomasia.
          Sevelinda sonríe y posa exageradamente.
ELVIO
     ¡Grabando!
SEVELINDA
(Tosiendo)
               (A la cámara)
     Usted sintoniza "Alegrémonos", con el patrocinio de
     medicamentos legalizados en todo el orbe.
           Sevelinda alisa su cabello y sonríe.
SOILA
     ¡Y el día que se agarró con Fétida Elsa Podiondo de la
     Cerda! ¿Se acuerda?
Escena 18
          Olimpio, Soila, Sevelinda, Fétida.
          Fétida Elsa Podiondo entra.
FETIDA
     ¡Mi hombre se respeta!
          Fétida Elsa Podiondo toma a Sevelinda de sus
          cabellos.
          Ambas pelean ferozmente hasta que salen del
          escenario aullando.
          Elvio las sigue con su cámara.
Escena 19
          Olimpio, Soila.
OLIMPIO
     ¿No es Sevelinda Parada la mujer más inteligente de
     Mondongo?
    
22.
SOILA
     El otro día le descubrí una foto de la muy condenada en
     su cartera.
          Se proyecta sobre el fondo del escenario una foto
          de Sevelinda en traje de colegiala.
OLIMPIO
               (Nervioso)
     Mis intenciones son inocentes; a Sevelinda la quiero
     como un padre a un hijo.
SOILA CERDA
     ¡Una indecencia! Ya todos los oídores tienen invitación
     para la boda de Fétida Elsa Podiondo y Óptimo Pícaro, a
     celebrarse en Ajiaco de Indias.
OLIMPIO
     ¡Pero Óptimo es un adolescente apenas!
SOILA
     Adolescente o no fue elegido por su padre.
Escena 20
          Olimpio, Soila, PYP.
           El Lagarto Pombo y Platillo cruza el escenario
          portando en sus brazos una caneca de latón.
SOILA
     ¡Ahí viene el lagarto Pombo y Platillo!
           Olimpio le arrebata por un instante la caneca al
          Lagarto Pombo y Platillo.
OLIMPIO
               (Aparte)
     También soy reciclador.
               (A PYP)
     ¿Le ayudo con la basura, honorable miembro de la
     Guarida Nacional?
POMBO Y PLATILLO
               (Receloso)
     ¡Aléjese o le echo a mis guardaespaldas!
SOILA
     Sólo quiere ayudarle, honorable lagarto Pombo y
     Platillo.
  
23.
POMBO Y PLATILLO
     ¡Quite de ahí!
OLIMPIO
     ¡Habrase visto!
SOILA
     El mismo que se la pasaba pidiéndome que lo lleváramos
     a la cámara.
Escena 21
          Olimpio, Soila, PYP, BDLV.
          Entra el lagarto tuerto ALBERTO CARLOS BUSTOS DE
          LA VACA.
BUSTOS DE LA VACA
     Pero dime, ¿qué haces con esa caneca de un lado para
     otro?
LAGARTO POMBO Y PLATILLO
     No es una caneca, Alberto; es una creación colectiva.
BUSTOS DE LA VACA
     ¿Comunitaria?
LAGARTO POMBO Y PLATILLO
     Socialista.
BUSTOS DE LA VACA
     ¡No! ¿De quienes?
LAGARTO POMBO Y PLATILLO
     De tres genios que ya pasaron al olvido, y que gracias
     a nuestro asesor en materia de arte serán hoy
     inmortalizados.
Escena 22
          Olimpio, Soila, PYP, BDLV, Aquiles.
          Entra Aquiles, pavonéandose.
BUSTOS DE LA VACA
     Te confieso que mi voto fue en contra de ese
     despilfarro; yo, Alberto Carlos Bustos de la Vaca, no
     me fío de un charlatán de arrabal como Aquiles Castro.
LAGARTO POMBO Y PLATILLO
     Charlatán o no Aquiles conoce muy bien el arte del
     serrucho. Imagínate que le compró esta escultura a unos
     recicladores y nos la endilgó por cien millones de
     pesos.
    
24.
BUSTOS DE LA VACA
     ¿Cómo así?
LAGARTO POMBO Y PLATILLO
     Para que nosotros se la endilgáramos a la multinacional
     Elmer Curio por miles de millones de pesos. ¡Regio!
     ¿Verdad? No te alteres que ya hace tres días recibiste
     tu depósito electrónico a tu cuenta en Suiza.
          Bustos de la Vaca sonríe a Aquiles, quien consulta
          su portable.
BUSTOS DE LA VACA
               (Sonriendo)
     Oye que ignorancia la mía, perdóname. Si el arte es lo
     más chirriado del mundo.
LAGARTO POMBO Y PLATILLO
     ¡Chirriadísimo! Aquiles Castro es de lo más relajado, y
     además de todo buena gente.
BUSTOS DE LA VACA
     ¡Indio hasta la médula!
AQUILES
     Y especialista en música rock.
BUSTOS DE LA VACA
               (Melifluo)
     Por algo lo contratamos tú y yo.
LAGARTO POMBO Y PLATILLO
     Para que se encargara de las políticas de arte para
     nuestros electores: el pueblo.
BUSTOS DE LA VACA
     Con arte como este...
LAGARTOS (V.O)
     ¿Para qué más arte?
AQUILES
     ¿No somos unos genios?
          Los tres se abrazan felicitándose.
          Aquiles sale.
Escena 23
          Amí Amado entra con micrófono en mano. Lo sigue
          Elvio Lao entra con la cámara y los filma.
          Luces sobre los lagartos.
AMÍ AMADO
     ¿Es cierto que encomendando la fauna y flora en vías de
     extinción de nuestras montañas a la multinacional Elmer
     Curio, contribuimos a la ecología?
BUSTOS DE LA VACA
     Ciertamente. Se trata de una corporación multinacional
     ecológica.
AMÍ AMADO
     ¿Es cierto que en compensación Elmer Curio les otorgó
     prebendas personales?
LAGARTO POMBO Y PLATILLO
     Eso es cierto. Ese personaje tan cosmopolita, tan
     generoso, tan magníficense nos consignó una módica suma
     de dinero para los gastos básicos como los huevos y el
     arroz.
AMÍ AMADO
     ¿A una cuenta extranjera?
BUSTOS DE LA VACA
     Que destinamos a fundaciones caritativas sin ánimo de
     lucro.
OLIMPIO
     ¡Qué viva Elmer Curio!
          Los lagartos lo observan indignados.
          Amí Amado y Elvio Lao salen.
Escena 24
          Olimpio, Soila, Bustos de la Vaca, Pombo y
          Platillo.
LAGARTO POMBO Y PLATILLO
     ¿Es aquel quien comercializa ilegalmente los turnos en
     las filas para sacar la licencia de conducción?
OLIMPIO
     No, yo soy el que supervisa los chorizos.
25.
    
26.
POMBO Y PLATILLO
     Ala, honorable lagarto Alberto Carlos Bustos de la Vaca
     ¿cuándo será que nos dejan libre el espacio público? Me
     molesta sobremanera el salir a pasear durante las
     sesiones del parlamento, y ver este sector hecho un san
     Andresito.
BUSTOS DE LA VACA
     Y uno tan honrado pagando los impuestos para ver las
     calles limpias. Mire, amigo mío, apruebe con nuestra
     bancada el impuesto a el chorizo, a ver si acabamos de
     una vez con la obesidad, y de paso hacemos respetar
     nuestro espacio.
POMBO Y PLATILLO
     Yo con tal de ver esta plaza despejada...
BUSTOS DE LA VACA
     ¡Sería regio! ¿No te sentirías como en la playa?
POMBO Y PLATILO
     Sin embusteros del proselitismo ajeno.
          Observan a Olimpio, quien se señala a sí mismo con
          el dedo.
          Los lagartos asienten con un gesto de cabeza.
          Soila estalla en una carcajada.
SOILA
     ¿Otra ocurrencia de mi marido? Es un tonto, retardado,
     soquete con pedazo de piedra en el cerebro que se mete
     donde nadie lo ha llamado.
          Los lagartos se desternillan de la risa.
POMBO Y PLATILLO
     ¿Por qué no le dices más bien a ese maridito tuyo que
     la próxima vez nos meta el dedo en las urnas?
BUSTOS DE LA VACA
     ¡No el equivocado! ¡El índice derecho!
OLIMPIO Y SOILA
     ¡Con nuestros dedos y el de ustedes todos ganamos!
          Los lagartos les dan la espalda.
BUSTO DE LA VACA
     Y hablando de escándalos, ¿si supiste Lagarto Pombo y
     Platillo, que anoche la honorable corte de los jueces
     solicitó procesar al Presidente de la República Severo
     Pícaro por iregularidades en sus contratos?

27.
POMBO Y PLATILLO
     ¿Al honorable presidente?
BUSTOS DE LA VACA
     Y quien lo acusa es su mismo primogénito.
          Escenas de guerra civil en rojo se proyectan sobre
          ruidos de batalla.
SOILA
     ¡Padre e hijo devorándose cual pirañas del Amazonas, y
     en público!
POMBO Y PLATILLO
     ¡Las milicias de la costa derraman en este mismo
     instante su sangre por Óptimo!
BUSTOS DE LA VACA
     ¡Pobres diablos! Si supieran que la animosidad de su
     líder contra su padre es por una cuestión de faldas.
OLIMPIO
     Enamorado de mi reina de belleza.
POMBO Y PLATILLO
     Ya llegamos a los cien mil muertos entre bando y bando.
BUSTOS DE LA VACA
     A este paso entraremos en un año en el libro de los
     records.
POMBO Y PLATILLO
     Sólo nos falta derrotar a Siria.
BUSTOS DE LA VACA
     Los del oeste apoyan a Severo a sangre y plomo. Pero la
     verdad no estoy al tanto de las noticias, mi chino.
POMBO Y PLATILLO
     ¡No lo digas! ¿Tampoco sabes lo que se rumora? ¿Qué hay
     una jueza dispuesta a traicionarnos y a dirimir los
     diálogos de paz entre padre e hijo?
BUSTOS DE LA VACA
     Guerra o no igual tendremos elecciones.
          La proyección es el fondo de cielo azul despejado.
POMBO Y PLATILLO
     Hablando de elecciones, los periodistas confirman que
     Óptimo se va a casar con Sevelinda Parada.
(Aparte, suspira)

28.
BUSTOS DE LA VACA
     No, mi chino, hay que apoyar a Óptimo Pícaro. Esa
     Sevelinda está muy buena. Yo incluso la cortejé por una
     semana.
POMBO Y PLATILLO
               (Inquisitivo)
     Dime más para chismosear.
SEVELINDA (V.O.)
               (Burlona)
     ¡Mi semana con Alberto Bustos de la Vaca!
BUSTOS DE LA VACA
               (Titubeando)
     Un idilio al que renuncié en cuanto supe que Óptimo y
     Sevelinda se enamoraron a primera vista.
POMBO Y PLATILLO
               (Apologético)
     Donde ama el hijo de Zeus, nosotros, meros mortales, no
     debemos inmiscuirnos.
BUSTOS DE LA VACA
     Sé adaptarme a los principios de moda. A mí, de hecho,
     no me disgustaba la estatua de este prócer.
POMBO Y PLATILLO
     ¡De Lemus Hurtado! ¡Mira como está de sucia!
OLIMPIO
     ¡No se llama Lemus! ¡Joe!
SOILA
     ¡Joe Hurtado! Sí, nuestro difunto presidente. Qué en
     paz descanse.
BUSTOS DE LA VACA
     Pero dado que tanto el padre Pícaro como el hijo lo
     consideraron anticuado, con gusto apoyo la noción de
     demolerlo para entronar esta obra de arte colectiva,
     social...
BUSTOS DE LA VACA
     Folklórica, socialista, humanitaria.
POMBO Y PLATILLO
               (Al público)
     Donada por Elmer Curio, la compañía que justo a estas
     horas comenzará a explotarnos.

29.
POMBO Y PLATILLO
     ¿Será cierto que esa explotación del oro al cielo
     abierto con dinamita y cianuro va a convertir esto en
     una zona inhóspita?
BUSTOS DE LA VACA
     ¡Pero si esto ya es un basurero!
          Se escucha una detonación de dinamita.
          Los lagartos, Soila y Olimpio se abrazan entre sí.
          La estatua del prócer se tambalea, salta del
          escenario y los mira a todos altivo.
JOE
     ¡Dinamitan mi ciudad! ¿Y la cultivan con ciaunuro?
     ¡Apátridas! Me marcho ya para vagar como alma en pena
     por las oficinas públicas de Mondongo.
Salez volando.
Olimpio, Soila.
Escena 25
  SOILA
     ¡Que portento tan desventurado!
BUSTOS DE LA VACA
     ¿Si viste? ¡Una estatua nos habló! ¡Y se elevó!
POMBO Y PLATILLO
     ¡Debió ser un fantasma!
BUSTOS DE LA VACA
     Cierto.
POMBO Y PLATILLO
     Hay tantos fenómenos inexplicables en este mundo que lo
     mejor es no darles importancia.
BUSTOS DE LA VACA
     Estaba enojado; menos mal no nos levantó la mano.
AQUILES (V.O.)
     ¡Soila, novia mía!
SOILA
     ¡Aquiles querrá contarme sus penas de amor!
           BDLV y PYP salen.
Escena 26
          Soila, Olimpio, Aquiles.
          Aquiles Castro entra.
OLIMPIO
     ¿Quién llama a su novia?
               (A Soila)
     Ayer supe que usted me engañaba, Soila Cerda de los
     Platos.
SOILA
OLIMPIO
     Pero no se enoje...
SOILA
     ¡Ya se metió en camisa de once varas, Olimpio! ¿A qué
     vienen estas acusaciones? ¿Con quién estuvo usted?
SOILA
     Con nadie, se lo puedo probar.
SOILA
     Menos mal contamos con la ayuda del compadre Aquiles
     Castro.
OLIMPIO
     ¡Aquiles para aquí, Aquiles para allá!
SOILA
     ¡Estoy harta de sus celos!
OLIMPIO
     ¿Qué tiene de especial el tal Aquiles?
AQUILES
     Les regalé una lavadora hace tres años
OLIMPIO ¡Ah!
AQUILES
     Les presté seis millones de pesos hace dos años, sin
     intereses.
30.
            (Aparte)
¿Quién sería la deslenguada?
          (A Olimpio)
¿Con quién?

31.
OLIMPIO
     Eso es cierto.
AQUILES
     Y los invito a mi finca los fines de semana, habitación
     doble con camas separadas, en donde les doy lechona,
     aguacate, chorizo, papaya y pollo asado.
OLIMPIO
     No lo niego.
SOILA
     ¿No es un buen hombre?
OLIMPIO
     ¡Salió de la nada!
SOILA
     ¡Por eso mismo! ¡Qué agudeza, que ingenio, Dios mío!
(Aparte)
OLIMPIO
     ¡Un embaucador!
          Entra Amí Amado con un micrófono inalámbrico.
Escena 27
          Soila, Olimpio, Aquiles, Amí.
AMÍ AMADO
     ¿A qué se debe que los críticos lo consideren la
     esperanza del arte de Mondongo, maestro Aquiles Castro?
AQUILES
     ¿Será por el recuerdo que ya soy?
          Aplausos y risas pregrabadas.
AMÍ AMADO
     Antes de que su advenimiento Mondongo era una región
     inhóspita, desconocida, de selvas y plantaciones de
     banano y café poblados por loros y primates.
AQUILES
     Era lo que los escritores exóticos veían en estas
     columnas de concreto, pero los parques, las calles y
     las avenidas de hoy son más universales.
(Aparte)
  Escena 28
          Entran los Lagartos.
          Soila, Olimpio, Aquiles, Amí.
AMÍ AMADO
     ¿Cómo logro convencer a nuestros honorables gobernantes
     de la importancia del arte en nuestra sociedad?
LAGARTOS 1 & 2
     Para hombres de semejante educación
     No hay diferencia notable
     Entre tragedia y desgracia
     Él nos preguntó: ¿hay arte en Mondongo?
     Aquiles Castro, adulador,
     Modelo de modestia y sacrificio
     Maestro de chequeras:
     El genio, un hombre común,
     Pobre y con testaferros,
     ¿Quién se le puede resisitir?
     Entre alhelíes y transacciones
     Distribuye sin igual la mermelada.
          Aplausos y risas pregrabadas.
AMÍ AMADO
     Algunos aseguran que usted es un adulador consumado.
AQUILES
     ¿Yo? Hablemos sin tapujos. ¿Un vil lagarto?
               (Se levanta, se aleja y solloza a
               espaldas de Amí.)
     ¡Qué mis enemigos me difamen; jamás seré sino un hijo
     del pueblo!
LAGARTOS
     ¡Ay! ¡No llores desdichado!
     ¡Ya eres otro de nosotros!
     ¡Vituperado a tus espaldas
     ¡Por devengar lo que no debes!
32.
  
33.
     ¡Ay! ¡No llores desdichado!
     ¡Nadie te dirá lagarto cara a cara!
     ¡Quienes nos detestan con mayor celo
     Son quienes más desean nuestra cama!
AMÍ AMADO
     Usted, dicen, se codea con miembros del comité
     electoral.
AQUILES
     Los parlamentarios son las personas más accequibles del
     mundo. Usted va, se toma con ellos un café y les
     confiesa sus problemas. Ellos le prometen toda la ayuda
     del mundo y usted le promete sus votos. Así de simple.
     Escribo mi autobiografía ¿sabe?
SOILA
     ¡No! ¡Esto es toda una primicia! ¿Estamos ahí?
          Soila aplaude.
          Aplausos y risas pregrabadas.
OLIMPIO
     Ya estoy harto de tanto descaro.
(Arremangándose en señal de desafío)
AMÍ AMADO
     ¿Sus planes?
AQUILES
     Inaugurar este monumento a nuestra idiosincraciaa,
     fruto de años de investigación.
AMÍ AMADO
     ¿Y luego?
AQUILES
     Participaré en una de mis bienales con esta pintura.
AMÍ AMADO
     ¿Obra de...?
AQUILES
     "Anónimo"
          INSERTO: Una caricatura es proyectada al fondo:
          lagartos comiendose el ponqué de la nación.

34.
AMÍ AMADO
     ¿Y no es un delito burlarse del poder?
AQUILES
     Se trata de una pintura tan, tan escandalosa, que, si
     la diosa Bachúe quiere, al amanecer los sacerdotes de
     la iglesia de Mondongo me censurarán y me excomulgarán.
          Aplausos y risas pregrabadas.
AMÍ AMADO
     ¿No teme que lo encarcelen por plagio?
AQUILES
     Estoy dispuesto a entregar hasta mi vida por las
     prácticas de gestión cultural.
AMÍ AMADO
     ¡Admirable ¡También yo estoy dispuesto a derramar mi
     sangre por el periodismo!
          Aplausos y risas pregrabadas.
          Amí Amado sale.
Escena 29
          Soila, Olimpio, Aquiles.
SOILA
     ¡Aquiles! ¡Eres grande!
OLIMPIO
     ¡Ay de mí! ¡Desventurado!
               (Aparte)
     ¿Y quién era el? ¡El profesor de porro del barrio!
          Olimpio cambia su talante, abre sus brazos y
          estrecha a Aquiles melifluo.
  OLIMPIO
     ¡Felicitaciones compadre!
AQUILES
     ¡Olimpio Platos!
OLIMPIO
     ¡Aquiles Castro!
AQUILES
     ¡Olimpio Platos!
(A gritos, reprimiento su ira)

35.
OLIMPIO
     ¡Usted sabe que mi casa es su casa!
SOILA
     Le está levantando la voz al compadre, Olimpio.
AQUILES
               (Conciliatorio)
     ¡Es de la alegría, comadre! ¿Nos conocemos desde niños!
               (aparte)
     ¡El mismo niño!
OLIMPIO
     ¡Hasta lo vimos en TV!
AQUILES
     ¡Qué bonito!
               (A Soila:)
     Ahora si quiero ver las sábanas que les regalé hace
     unos días.
SOILA
     ¡Claro! ¡Siga compadre!
AQUILES
     Si el compadre lo permite.
OLIMPIO
     ¿Cómo no? ¡Vayan a la alcoba!
Música.
          Soila y Aquiles salen tomados de la mano,
          mirándose entre sí, sin reparar en Olimpio.
          Una cama desciende del escenario.
          Aquiles se sienta en la cama. Soila avanza y le
          habla al oído.
          Olimpio extrae una navaja, se desliza cual
          serpiente y los observa.
          Aquiles le habla al oído a Soila.
          Soila ríe.
          Olimpio los sorprende: enseña su navaja casual y
          temerosamente.
(A Olimpio, susurrando)

36.
OLIMPIO
     ¿Qué fue lo que le dijo mi mujer al oído?
AQUILES
               (Riendo)
     ¡Al oído! ¡Claro! Me estaba diciendo algo... ¿Cómo
     decirlo? Muy doloroso, sí...
SOILA
     ¡Qué me van a quitar las cordales! ¡Ay!
OLIMPIO
     ¡Mi cielo! ¡Estás inflamada!
          Olimpio corre despavorido.
OLIMPIO
     ¡Socorro! ¡Odontólogo! ¡Necesitamos un dentista!
          Alarmas y luces de sirenas.
Escena 30
          Olimpio, Soila, Aquiles, Policía 1.
          Policía 1 entra.
POLICIA
     ¿Quién pidió socorro?
OLIMPIO
     Falsa alarma, oficial.
SOILA CERDA
     Estábamos reviviendo viejos tiempos.
AQUILES
     ¡No crea que es un triángulo amoroso!
  OLIMPIO
     Iré por un antibiótico.
          El policía 1 se va con rostro perplejo.
          Olimpio lo sigue.
(A Soila)
Soila, Aquiles.
Escena 32
Olimpio, Soila, Aquiles.
Escena 31
SOILA
     A veces me pregunto porqué me casé con un celoso como
     tú.
AQUILES
     Sí Aquiles supiera que sólo me gusta conversar contigo
     y abrazarte.
SOILA
     El punto es que no lo engaño. Tú prefieres...
AQUILES
     Jamás le hables de mis preferencias a tu marido. ¡Me lo
     juraste!
SOILA
     ¡Cree que somos amantes!
AQUILES
     De eso quería hablar contigo. No es por celebridad, es
     por seguridad. Lo mejor será que nos separemos.
SOILA
     ¿Me terminas como amigo? ¡Pobre de mí! ¡Seré
     estrangulada por un marido celoso! ¡Pero la posteridad
     me reivindicará!
               (Aparte)
     No crean que seré víctima de un crimen pasional.
     ¡Lucharé por Olimpio!
(Aparte)
37.
    OLIMPIO
          (Taimado)
¿Si oyeron que Severo busca a un juez que lo represente
contra su hijo?
AQUILES
     Todos los jueces están con Óptimo.
OLIMPIO
     Yo me dije, ¿por qué no postular a mi mujer? Tiene
     diploma y es la mejor litigante.
(Sonriente)

38.
SOILA
     ¿Usted no me habrá postulado?
OLIMPIO
     De hecho, sí.
SOILA
     ¡Lo decía! ¡Estoy condenada!
AQUILES
     ¿Lo haces por venganza?
OLIMPIO
     Fui yo quien te apoyó en tu carrera culinaria,
     mudándome continuamente de feria en feria entre
     fritangas y lechonas. ¡Nunca me lo agradeciste!
SOILA
     ¡Soy inocente! ¡Yo le soy fiel! ¡Pregúntele al compadre
     Aquiles!
OLIMPIO
     ¿Es normal que se encierren en el cuarto?
AQUILES
     Con su permiso, y lo hacemos desde niños.
SOILA
     Jamás nos tocamos.
OLIMPIO
     ¡Perdida! ¡Ingrata! ¡Mal nacida!
AQUILES
     ¡Un momento! Hay un malentendido. Mi novia es la señora
     de al lado.
OLIMPIO
     ¿El travesti que se casó con el bobo del barrio?
SOILA Y AQUILES
     Sí.
Escena 33
          Olimpio, Soila, Aquiles, Fétida, policías,
          lagartos.
          Entra Fétida rodeada de lagartos y policías
          antimotines. Portan máscaras antigases.
(Enfureciéndose)
  
CONTINUED:
39.
OLIMPIO
     Creo que me equivoqué.
OLIMPIO
     ¡Soila es inocente!
Salen.
(A Fétida)
FÉTIDA
     ¡Encarcelen a este pervertido!
AQUILES
     ¿A mí?
FÉTIDA
     Como sabrá soy la nueva inquisidora, quien vela por que
     todo sea según las leyes de natura, especialmente en
     estos tiempos de desconcierto civil.
AQUILES
     ¡Hay leyes que me protegen! ¡Soy víctima de una
     discriminación!
FÉTIDA
     ¿Y que me dices si te acuso de haber firmado contratos
     plagiando el trabajo de otros artistas?
          Aquiles es tomado por los policías, quienes lo
          sacan a la fuerza y lo arrojan fuera del
          escenario.
AQUILES
     ¡Eran unos desconocidos! ¡Sólo seguía órdenes de los
     caciques! ¡Soy un bailarín de barrio!
FÉTIDA
     ¡Si hubieras sido de la familia Pícaro esto jamás
     habría ocurrido!
AQUILES
     ¡Yo no escogí nacer sin influencias!
(Señalando a Aquiles)
Escena 34
            Olimpio, Soila, Fétida, policías, lagartos.
FÉTIDA
     ¿Cómo es eso?

40.
OLIMPIO
     ¡Su diploma no es válido! ¡Déjela tranquila!
          La policía vuelve.
FÉTIDA
     Saquen a este majadero.
          Aquiles es tomado por los policías, quienes lo
          sacan a la fuerza y lo arrojan fuera del
          escenario.
OLIMPIO
     ¡No fue mi culpa! ¡Soila! ¡Mi amor! ¡Volveré!
SOILA
     ¡Olimpio Platos!
Escena 35
          Soila, Fétida, lagartos 1.
          Entra el coro de lagartos 1, vistiendo uniformes
          de guerra y carabinas.
FÉTIDA
     ¿Me fías otro chorizo?
          Con mano temblorosa Soila le entrega el cesto de
          chorizos a Fétida.
LAGARTOS 1
     Somo el coro de la reconquista
     Unidos y armados triunfaremos;
     Si no te unes a nuestra majadería
     Te procesaremos, querida.
FÉTIDA
               (A Soila)
     ¡Bienvenida de vuelta al gremio, Doctora Soila Cerda de
     los platos!
  SOILA
     ¿Doctora?
¿Cómo no?
(riendo)
(Al público)
(A Fétida)
Preferiría no emproblemarme; la guerra civil no me
incumbe. Usted ve que soy una mujer honrada y además
madre de familia.

CONTINUED:
41.
FÉTIDA
     Compañeros de pendencia
     Elevemos la tonada
     A modo de advertencia
     Contra la sabia renegada
SOILA
FÉTIDA
     ¿Por qué no me acompañas a mi oficina, querida?
SOILA
     Tengo dolor de cabeza.
LAGARTOS 1
     Somos los lagartos del gobernante,
     Quienes trepan al mejor palo,
     Y estamos hasta aquí
     Del Pícaro tunante.
     Con Fétida haz las pases
     Si no obedeces, querida
     De las aves rapaces
     Serás su cena podrida.
          Los lagartos y Fétida Elsa Podiondo visten
          máscaras antigases.
          Cae una bomba de gas lacrimógeno. Soila Cerda tose
          desesperada.
Escena 36
          Mismos, policias.
          Dos policías entran vistiendo trajes antimotines y
          propinan una paliza a Soila Cerda, quien sangra
          sobre el suelo.
          Los lagartos y Fétida Elsa Podiondo bajan sus
          máscaras.
(A los lagartos)
          (Al público)
¿La corte de lagartos ya sabe que fui abogada?
¡Olimpio! ¡Dios santo! Ahora si me cantaron la tabla.
  Escena 37
FÉTIDA
     Recapacita, Soila. Te llevaré a que conozcas a mi
     prometido Óptimo, para que con tu decencia y tu
     docencia le devuelvas el ánimo conservador que tanto
     extraña su generoso padre y que tanto nos afecta a
     nosotros, sus aduladores.
LAGARTOS 1 & 2
     Si no, te tildaremos
     De lagartería contraantirrevolucionaria.
SOILA
               (Aparte)
     ¿Por las armas quién puede negarse?
               (A Soila Cerda)
     ¡Haberme enviado las amenazas antes!
FÉTIDA
     Confiaba en que un escarmiento en carne propia te
     conduciría por mejor camino.
SOILA
     Gracias, venerada parlamentaria doctora Fétida Elsa
     Podiondo, pero hay un obstáculo legal.
FÉTIDA
     ¿Cuál?
SOILA
     ¡No es falta de voluntad mía! Ocurre que ando sin
     plata.
LAGARTOS 1
     Si piensas así, ¡adiós querida!
     Ya decía mi sicofanta
     Que quien no cree en Dios
     Cuando lo ve se espanta.
     Deja tus tribulaciones,
     Recibirás de la república
     Cuantiosos millones
     Por una asesoría laica.
     Sólo has de presentarte
     Ante Óptimo Pícaro
42.
  
43.
     Y arrodillarlo delante
     De su galante padre.
          Estallidos de guerra civil.
          El coro de Lagartos 2 entra.
Escena 38
          Soila, Fétida, Lagartos 1 & 2.
LAGARTOS 2
     ¡Qué viva el paro! ¡Abajo los defectores
     Fascistas desalmados! ¡Arriba Óptimo!
     Si antes vil y vago, hoy Oídor laborioso:
     ¡La imagen opuesta de su progenitor tirano!
SOILA
LAGARTOS 1
     ¿Por humillar a su caudillo?
     Sí, es seguro y de esperarse.
LAGARTOS 2
     Pues somos lagartos de Mondongo
     Castigamos a nuestros rivales
     Aguafiestas de los festivales
     Y si te disgusta, al Congo.
FÉTIDA
     ¡Escoge tu bando!
SOILA
     ¡Pero no puedo! Es cierto que tengo diploma, pero jamás
     apostillaron mi cartón.
LAGARTOS 1
     ¿Careces de apostillado?
     Calma: ostentamos el poder
     Y te graduamos del lado
            (A Fétida Elsa Podiondo)
¿Y que tal que los lagartos fanáticos de Óptimo me den
de baja?

44.
     Del mismo canciller.
          Soila asienta a Fétida con un gesto.
LAGARTOS 2
     Traidora, sapa sin parte
     ¿Nos abandonas? ¡Perdón1
     ¿No te enseñaron a sacrificarte
     Por los dueños de mi generación?
LAGARTOS 1
     ¡Calla! Nos interesa la querella
     Las comisiones; no tu credo contumaz.
          Soila Cerda y Fétida Elsa Podiondo salen.
Escena 39
Lagartos.
LAGARTOS 1
     ¡Celebremos! ¡Soila no es tan bruta!
     Pero, ¡de prisa! El mecenas languidece
     Su hijo lo tortura
     ¡Lo insulta! ¡No obedece!
     Menester es que Soila apriete
     Sus cuñas en la corte
     Que sea de nuestro lider juguete
     Chivo expiatorio y soporte.
LAGARTO 2
     El poder alienta tu jactancia.
LAGARTOS 1
     Pues cual alado Ícaro
     Óptimo es toda petulancia
     Contra el parecer de Pícaro.
  Escena 40
          (Cínico)
Así les haremos creer que hasta la oposición nos
respalda.
Escena 41
     Lagartos, Sevelinda, Elvio, Óptimo, policías 1 y
     2.
     Entra Óptimo con un bastón inglés.
     Los policías entran vistiendo delantales de
     cocina, distribuyendo platos que sirven de una
     lechona recién rostizada.
45.
            Lagartos, Sevelinda, Elvio.
          Por el costado entra Sevelinda, quien porta un
          micrófono inalámbrico, y Elvio Lao, quien porta
          una pesada cámara.
ELVIO
     ¿Serías tan amable, Sevelinda, de pararte de espaldas a
     los aduladores de Sévero Pícaro?
SEVELINDA
     Pero, ¿no son esos lagartos los miembros de la
     oposición?
LAGARTOS 1
     ¿Alguien nos tildó de lagartos?
LAGARTOS 2
     ¿Y en nuestras narices?
     ¿No sabe que es delito degradarnos?
LAGARTOS
     Es una hija de la vida alegre.
ELVIO
  ÓPTIMO PÍCARO
     ¡Abajo quienes se me opongan!
LAGARTO 2
     ¡Abajo! ¡Muerte a los rivales!
LAGARTOS 1
     ¿Y a qué tanta alevosía?
     Somos indefensos mortales.

46.
SEVELINDA
     ¡Aduladores! ¡Lagartos dije! ¡Lagartos todos de la
     oposición! ¡Son ellos quienes han indispuesto a tu papá
     en nuestra contra! ¡Yo misma los oí cuchicheándose al
     teléfono!
ÓPTIMO
     A  mi papá lo manipulan sus ayudantes.
SEVELINA
     ¡Ellos! Nuestros espías nos entregaron fotos
     comprometedoras de nuestros conspiradores lagarteando
     junto a miembros de la oposición.
LAGARTOS 2
     ¡Mentira! ¡Sévero es adulto y decide por sí mismo!
ÓPTIMO
     ¿No murmuraron ustedes que Sevelinda estaba muy buena?
SEVELINDA
     Cantaron que yo era una mujer de la vida alegre, una
     pécora, una copera.
LAGARTOS 2
     Hoy sólo deseamos amarte
     Recantamos de los insultos
     Desde hoy serás nuestro estandarte
     La luz de los jurisconsultos
SEVELINDA
     ¡Lagartos hasta en el arrepentimiento!
LAGARTOS 2
     Que injuria, que crueldad
     Si por nuestro gobernante
     Dimos hasta la virilidad.
               (A Óptimo)
     ¡Desacatamos a tu amante!
LAGARTOS 1
     Esfúmate deslenguada Sevelinda,
     ¡Qué disgusto! Pérfida, pelele
     Aquí ya ningún adulador te quiere.

47.
LAGARTOS 2
     Asiliconada, farsante, pinga.
LAGARTOS 1
     Sin corona de sangre suprareal.
ÓPTIMO PÍCARO
     ¡Sevelinda es mi amante y se respeta!
LAGARTOS 1
     ¡Tiene el mérito de ser presentadora!
LAGARTOS 2
     ¡Y fue además reina de belleza!
LAGARTOS 1
     Y por lo demás presentadora.
LAGARTOS 2
     Nos retractamos con presteza
LAGARTOS 1
     Ante los pies de nuestra señora.
          Los lagartos 2 besan uno a uno los pies de
          Sevelinda.
SEVELINDA
     ¡Qué felicidad! ¡Qué viva la política!
ÓPTIMO
     ¡Lechona para la oposición!
          Los lagartos 1 se abalanzan sobre la lechona y la
          devoran.
LAGARTOS 1
     Que nadie nos llame taimados
     Si cedimos a un cerdo rostizado.
LAGARTOS 2
     Usamos frac de tijeras
     Y calzoncillos de satín
     Al son de nuestras caderas
     Desfalcamos sin fin.
LAGARTOS 1
     Sin leer legislamos
(MORE)

48.
LAGARTOS 1 (cont’d)
     Doctos por edictos
     Con promesas te tramamos
     De la ley somos adictos.
LAGARTOS 2
     Jamás fuimos a clase
     Igual somos mecenas
     Damos becas hasta de a un millón
     Y novecientos mil es nuestra comisión.
LAGARTOS 1 & 2
     Y qué Sevelinda Parada dirija
     Las tomas de su televisión
     Con el fondo que ella elija
     Para esta, nuestra inauguración.
          Sevelinda toma como fondo el pedestal vacío frente
          a la cámara.
SEVELINDA
     Bienvenidos a "Enterémonos", noticiero patrocinado por
     la explotadora ecológica "Elmer Cu". Hoy desde la plaza
     del alma en pensa del ya legendario expresidente Lemus
     Hurtado, la cual será reemplazada por un auténtico
     Aquiles Castro, justo antes del juicio que hoy nos
     conmociona.
          Explosiones, bombas, humo.
ÓPTIMO
     ¡Asonada!
Escena 42
          Amí Amado, Elvio, lagartos.
          Los policías huyen despavoridos.
          Sevelinda grita y es arrastrada fuera del
          escenario en brazos de Óptimo.
          Amí Amado confronta a Elvio Lao.
  
49.
ELVIO
     ¿Solicita una campaña de publicidad?
AMÍ AMADO
     ¡Fuera!
Elvio sale. Amí Amado se acicala.
Escena 43
Sévero, Óptimo, Fétida, Soila, Amí Amado, Óptimo,
policías 1 y 2, lagartos.
Severo entra en traje de coronación, con capa que
se desliza por el foro.
Murmullos. Óptimo entra esposado por los dos
policías.
Los policías traen un atril con un mazo.
Soila Cerda asciende; a su derecha el bando de
Severo Pícaro, a su izquierda el de Óptimo Pícaro.
  AMÍ AMADO
               (Aparte)
     ¡Qué no se me note el empirismo!
               (Al público: agrava la voz)
     ¡Atención! Esta es una noticia que inquieta a todos los
     habitantes de Mondongo. En estos momentos se inicia el
     juicio contra el oídor de la corte suprema de justicia
     Óptimo Pícaro. Aquí está la jueza magistrada sin nombre
     conocido, una Manuela Beltrán valiente que se atreve a
     romper los edictos de los jueces y a luchar por la paz
     en una nación dividida por facciones. Cuéntenos, ¿es
     cierto que este conflicto es familiar?
SOILA
     Reserva del sumario.
AMÍ AMADO
     ¿Es cierto que la han amenazado?
SOILA
     Reserva del sumario. ¡Silencio en la sala! Comienza el
     juicio del estado, rama ejecutiva, contra el Estado,
     rama judicial, por desobediencia paternal y
     prevaricato.
ÓPTIMO PÍCARO
     Pero, ¿quién será el fiscal?

50.
SOILA Yo.
ÓPTIMO PÍCARO
     ¡Objeción!
SOILA
     Denegada. Qué la defensa se presente.
ÓPTIMO PÍCARO
     Ayer me arrestaron, pero si no hay problema yo seré mi
     propio defensor.
SOILA
     ¡Objeción!
ÓPTIMO PÍCARO
     ¡Si no me obedece la ejecuto en cuanto suba al poder!
SOILA
     Me derogo.
AMÍ AMADO
     En directo desde los diálogos de paz de Ciudad
     Mondongo, mañana, desde cualquier lío del mundo. Con el
     patrocinio de apuestas "Enriquécete", las únicas que le
     ofrece lo que usted quiere: 3 a 1 a que gana nuestro
     presidente Hurtado.
Escena 44
          Sévero, Óptimo, Amí Amado, Soila, policías 1 y 2,
          lagartos.
          Sevelinda Parada y Elvio Lao reaparecen portando
          bates de béisbol.
          Elvio Lao y Sevelinda Parada sacan a golpes a Amí
          Amado.
          Leve reacción de Lagartos 1, pero Elvio y los
          lagartos 2 los inmovilizan con un gesto
          amenazante.
SEVELINDA
     Transmitiendo el evento más importante del siglo, la
     inauguración de nuestro nuevo monumento, un auténtico
     Aquiles Castro, conmemorando la venta de nuestro páramo
     y de la ciudad capital de Mondongo a la multinacional
     minera ecológica Elmer Cu.
          Los Lagartos 1 empodian la caneca de basura.
          Aquiles Castro entra.
  Escena 45
          Aquiles, Sévero, Óptimo, Amí Amado, Soila,
          policías 1 y 2, lagartos.
SEVELINDA
     Pero que sea el artista quien nos comunique el sentido
     de su obra magna. ¿Es cierto que antes se dedicó al
     porro?
AQUILES CASTRO
     Entre pase y pase conocí a los dueños de Elmer Curio,
     quienes ordenaron esta obra.
SEVELINDA
     ¿Se inspiró en el futuro de nuestro porvenir?
AQUILES
     Y de nuestro pasado.
SEVELINDA
     Los críticos realzan su olfato por la idiosincrasia, el
     temperamento, la garra, la cepa, la alcurnia, en fin,
     la paleta de color y el sentido de la historia heroica
     de nuestros aduladores, todos llamados a ser leyenda.
     L’art pour l’art!
          Fuegos artificiales.
LAGARTOS 2
     Abajo la historia de cajón
     Con esta caneca de latón
     Qué sólo éste sobresalga
     A nos, de a comisión por nalga.
          Música triunfal.
          Aquiles da una ronda saludando con la mano a cada
          lagarto.
          Soila de repente se escapa y lo abraza.
SOILA
     ¡Compadre! ¿Te liberaron?
AQUILES
     Si te conocí, ya no lo recuerdo. Y ahora permiso,
     estamos en una guerra civil.
          Aquiles sale.
51.
  Escena 46
          Sévero, Soila, Óptimo, Amí Amado, Óptimo, policías
          1 y 2, lagartos.
LAGARTOS
     Vuelve a juzgar ante este atril
     Y no te desvíes más de tu deber
     Si no te enviamos a tu cuchitril
     Donde no te daremos de comer.
          Soila Cerda regresa al atril.
SOILA
     Se requiere solemnemente la presencia de Amí Amado.
          Amí Amado entra con látigo en mano.
          Ambos azota a Sevelinda y a Elvio, quienes huyen
          despavoridos del escenario.
AMÍ AMADO
     Somos el número uno en sintonía. Transmitiendo desde
     Ciudad Mondongo, a ciento treinta kilohertz.
SOILA
     La rama judicial solicita al vindicado que cubra los
     eventos descritos por la investigación forense.
AMÍ AMADO
               (A la cámara)
     Nuestro equipo investigativo representará, de la mano
     de la jueza Soila Cerda de los Platos, la heroica
     historia de Severo Pícaro y el aclamado compromiso
     nupcial entre su hijo Óptimo Pícaro y la ilustre
     lagarto Fétida Elsa Podiondo.
Escena 47
          Sévero, Fétida, Soila, Óptimo, Amí Amado, Óptimo,
          policías 1 y 2, lagartos
          Portando una maleta raída, una botella de pegante
          y una cobija harapienta Entra Fétida, desdentada.
          Cruza el escenario y se acomoda en el suelo.
          En una de las sillas del bar se sienta Joe
          Hurtado, sus ojos en perfecto estado, quien entra
          riendo y fisgoneando impaciente el interior de la
          cafetería.
52.
    
53.
AMÍ AMADO
     Revelaremos la tragedia del ex-presidente Joe Hurtado.
     En un país convulsionado por la violencia, Joe Hurtado
     será recordado como el prócer de Mondongo.
               (Mira al podio con la caneca)
     Aquí, sobre este pedestal estaba antes la estatua de
     Joe, quien transmutó hace seis años en esta plaza: uno
     de los capítulos más controvertidos de nuestra historia
     nacional, minuciosamente reconstruido por la
     Presidencia de Mondongo.
          La luz sobre los lagartos, Joe y Amí Amado
          disminuye.
          Los faroles eléctricos de la plazoleta se
          encienden.
          Joe Hurtado carcajea a la par que la Fétida se
          arrellana en su banca.
JOE
     ¡Sevelinda Parada! Siéntate conmigo.
          Sevelinda, quien viste un uniforme de colegiala,
          entra portando una bandeja de plata sobre la cual
          reposa una botella de whisky sellada.
(Demasiado alegre)
SEVELINDA
     No me moleste, Presidente.
JOE
     ¡Usted tan rica que anda!
SEVELINDA
     Me vigilan. Y de rica nada; aún no he pagado la
     matrícula de mi tercer semestre.
JOE
     ¿Qué estudias?
SEVELINDA
     Varias cositas.
JOE
     ¿Pero serás norteña?
          Fétida se levanta, limpia su oído y escucha
          atenta.
(Nerviosa)

54.
SEVELINDA
     Eso depende, puedo ser sureña.
JOE
     Me gusta que sean como usted: sinceras.
SEVELINDA
     Y tengo un cerebro con que pensar.
JOE
     Y con ese órgano vas a cambiar la historia de tu país.
     Habrás oído que soy un presidente de cartel, alcohólico
     picaflor, amante de las limusinas importadas; y sin
     embargo me sostengo en el poder. ¿Mi secreto? Me apoyo
     en Doyla, una cónyuge laboriosa, dedicada, alcahueta.
          Fétida carcajea.
SEVELINDA
     ¡Doyla! ¡Doyla Plata!
JOE
     ¡Además de bella, bien enterada! ¡Deberías ser
     periodista! Dialéctica, ecléctica y eléctrica.
          Sevelinda se ríe.
FÉTIDA
     ¡Doyl! Una feminsita prestante que persuadida del
     machismo de Mondongo puso a este pelele en la
     presidencia.
SEVELINDA
     ¿Tan divertida soy?
JOE
     ¿No fuiste reina de belleza?
SEVELINDA
     Si lo fuera no estaría aquí. Soy una desempleada.
JOE
     De reina te iría mejor.
SEVELINDA
     Usted dirá que soy una interesada.
JOE
     las mujeres que ya no son interesadas no me interesan.
     Pide lo que quieres; el pueblo proveerá.

55.
SEVELINDA
     Un puesto como asistente principal de Doyla Plata.
JOE
     Un cargo influyente. ¡Demasiado influyente! ¡Incluso
     más influyente que el mío! Pide otro deseo.
SEVELINDA
     Pero...
JOE
     No soy Herodes.
SEVELINDA
     Un puesto en donde no haga nada o en el que todos
     trabajen por mí.
JOE
     Ahora nos entendemos. Te daré un cargo que sólo tendrás
     que desempeñar ciertas noches.
SEVELINDA PARADA
     ¿Con usted?
JOE
Conmigo.
SEVELINDA
     ¿Un trabajo de una hora al mes?
JOE
     Cuatro sesiones de una hora: los martes y jueves en la
     noche.
SEVELINDA
     Suena muy interesante.
JOE
     Ahora sírvame ese whisky.
SEVELINDA
               (Aparte)
     Sabía que este encuentro preparado durante meses no
     sería en vano.
               (A Joe, enseñando el sello de la
               botella)
     ¿Esta marca?
JOE
     Diles que lo carguen a la cuenta presidencial.
           Joe Hurtado sirve hielo y whisky en los vasos.

56.
SEVELINDA
     En media hora acaba mi turno de trabajo.
JOE
     Quiero que me acompáñes en mi despecho.
SEVELINDA
     ¿Es cierto que discutió con su amante?
JOE
     Contraté a un detective que la siguió por tres días. Se
     acostaba con un ministro.
FÉTIDA
     ¡Todas las infidelidades!
SEVELINDA
     Debo marcharme. Hay otros comensales dentro.
JOE
     Con el presidente no se juega.
SEVELINDA
     Es difícil dejar la vida honrada.
          Joe Hurtado extrae de su saco un fajo de billetes
          y lo coloca sobre la mesa.
SEVELINDA PARADA
     No puedo aceptarlo.
          Joe Hurtado extrae de su saco otro fajo de
          billetes y lo pone sobre la mesa.
JOE
     Hay millones.
          Sevelinda Parada sonríe y se interna en el café.
          Se oyen insultos de fondo y ruido de platos rotos.
FÉTIDA
               (Aparte, entre risillas)
     ¡Linda comedia! ¡Con padres de la patria corrompiendo
     la juventud!
               (Agresiva, extrayendo un puñal de su
               manga)
     No en vano me he ganado este puesto.
               (Observando a Joe Hurtado)
     Los vicios del oficio lo tienen así.
(Reconsiderando)

57.
SEVELINDA (V.O.)
               (Desde bambalinas)
     ¡Así es! ¡Renunció!
          Joe Hurtado carcajea.
          Sevelinda Parada entra emperifollada y vistiendo
          un traje de noche negro; porta un maletín de
          cuero, en el cual deposita los fajos de dinero que
          toma de la mesa.
          Se sienta y se sirve un vaso de whisky.
SEVELINDA
     Parece que llamó a la policía; sospecha que soy
     insurgente.
JOE
     ¿Ah, sí? Esa fue otra de las leyes de Doyla Plata:
     denunciar al vago y encarcelarlo. No te preocupes que
     mañana mismo la derogamos por obsoleta. ¡Hay que
     adaptarse a los nuevos tiempos!
SEVELINDA
     Aquí no hay escape; es el sitio ideal para una celada.
JOE
     ¿Y no es mi mujer un genio? Doyla diseñó la ciudad de
     modo que los rebeldes ya no puedan atrincherarse. O
     dime, ¿quienes frecuentan este café?
SEVELINDA
     Elvis Tek, Silva Alcanto, Esteban Dido, Castañeda Mara,
     Montalvo y Zapata, y a los lagartos Schiller,
     Chinchilla, Melo Fiaslerdo, Pombo y Platillo y
     Castrato.
JOE
     ¿Y el ministro Rosamel Forrito?
SEVELINDA PARADA
     Ayer le serví un estofado de lengua en salsa de
     alcaparras.
JOE
     ¡Fue él! ¡Él fue quien se llevó a mi amante! ¡A
     Carifea!
FÉTIDA
     Y el desalmado no me dio ni un bocadito.
(Furiosa)

CONTINUED:
58.
JOE
FÉTIDA
     ¡Oh! ¡Oh!
SEVELINDA
     ¿A quién?
JOE
     ¡A Carifea! ¡A esa ingrata! Esta afuera en el baúl de
     una limusina de color violeta, de quinientos cincuenta
     mililitros.
          (Con sonrisa siniestra)
Pero el mundo es un pañuelo. Justo hoy tengo a la
traidora de la Carifea maniatada y secuestrada.
FÉTIDA
     Este presidente se chifló.
SEVELINDA
     ¿La ha lastimado?
JOE
     No tanto como ella a mí.
          Joe Estalla en una carcajada.
JOE
     ¿Le gusta mi limosina?
SEVELINDA PARADA
     Sí. Yo, ceo, me disculpa, me voy en bus.
JOE
     Tú te quedas, cómplice de mis desmanes.
SEVELINDA PARADA
     ¡Ay! ¡Estoy a su merced!
JOE
     ¿De qué te preocupas? Estás cometiendo un crimen con tu
     presidente.
LAGARTOS (V.O.)
     ¡Por un país sin oposición! ¡Joe Hurtado presidente!
          Ambos miran al vacío.
          Una luz cae sobre Amí Amado.
(Aparte)
Escena 48
SEVELINDA
     ¿La limusina que está allí?
BUSTOS DE LA VACA
               (Carcajeando)
     ¡Será un acto demente! Imagina los trinos: ¡Presidente
     de Mondongo carboniza a su amante por despecho!
SEVELINDA
     ¿Es en serio que va a incinerarla?
JOE
     ¡Le daremos un susto de infarto!
(Riendo)
SEVELINDA
     ¿De infarto?
JOE
     Quemaremos el motor de su limusina.
          Joe se levanta.
SEVELINDA
     Yo...
JOE
     Si no está de acuerdo, la llevo de vuelta a casa.
          Sevelinda Parada se levanta indignada.
JOE
     Devuélveme la plata.
          Sevelinda Parada abre y cierra su bolso, pasa
          saliva y se sienta.
(Aterrorizada)
59.
            Sévero, Óptimo, Soila, Fétida, Amí Amado, Joe,
          Sevelinda, Óptimo, policías 1 y 2, lagartos.
AMÍ AMADO
     "Con o sin Amí Amado" presenta el retrato fidedigno de
     Joe Hurtado
          Las luces sobre Amí Amado y el camarógrafo
          disminuyen a la par que se incrementan sobre los
          lagartos Sevelinda Parada y Joe Hurtado.
          Ambos apuran sus vasos de whisky en un brindis
          nervioso.

60.
SEVELINDA
     ¿Y si nos cogen?
JOE
     ¿Quién? ¿A quién? ¡Soy el marido de la mujer más
     influyente de toda la nación: Doyla Plata!
          Joe y Sevelinda salen.
Escena 49
          Soila, Fétida, Amí Amado, Óptimo, policías 1 y 2,
          lagartos.
          La luz disminuye sobre el lateral derecho y se
          incrementa sobre Amí Amado.
AMÍ AMADO
     Luego de quince años de conjeturas, incertidumbres y
     murmuraciones, la jueza Soila Cerda establecerá a
     continuación las causas que determinaron el ascenso de
     los Pícaro, estirpe antigua de cocineros y de héroes
     que arriesgaron su pellejo por preservar el sistema
     político que hoy todos adulamos. Su destino: el de
     combatir la opresión, la injusticia y la inequidad que
     amenazaban su poder.
          Entran por el fondo del lateral izquierdo el
          teniente Severo Pícaro y el cabo Óptimo Pícaro.
           Severo Pícaro porta un revólver en un estuche
          insertado a su cinturón.
SEVERO PÍCARO
     Aquí reportaron la reunión sospechosa.
ÓPTIMO PÍCARO
     ¿Quiere que acabe ya con esta mendiga? Luego
     investigamos.
          Severo lo ignora.
SEVERO PÍCARO
     ¿Cómo va la vida, Fétida?
FÉTIDA
     Mal, pero mejor que la vida misma.
SEVERO PÍCARO
               (A Óptimo)
     Fue abogada, hasta que la expulsaron por indeseada.
               (A Fétida)
     Explíquenos. ¿Por qué mejor que la vida misma?
  
61.
FÉTIDA
     La filosofía es incomprensible para los tunantes.
ÓPTIMO
     ¿Tunantes? ¿Que cuchichea usted?
FÉTIDA
     Pues todos somos igualmente infelices. Ya que los
     gemidos de los demás iluminan la penumbra, recalco que
     los billetes míos no son menos afilados. Y puesto que
     me mortifican le ruego me de una monedita, ¡por el amor
     de Dios!
          Severo Pícaro extrae dos monedas del bolsillo y se
          las entrega a la Sevelinda, quien refunfuña, las
          estudia y las guarda.
SEVERO PÍCARO
     ¿Ha visto movimientos subversivos esta tarde?
FÉTIDA
     Atentados que no van a ocurrir.
ÓPTIMO PÍCARO
     Creo que es una colaboradora de los insurrectos, mi
     teniente.
          Severo Pícaro se da vuelta y da dos pasos, hasta
          que la voz de Fétida lo detiene.
FÉTIDA
     Un destrozo harán esos muchachos hoy. Otro escándalo.
               (Ríe)
     Pero no será la primera vez que suceda.
SEVERO PÍCARO
     ¿De qué habla? ¿Qué vio? ¿Qué le dijeron?
FÉTIDA
     Hablo de lo que me preguntaron.
SEVERO PÍCARO
     ¿Qué es ese algo escandaloso que va a ocurrir?
FÉTIDA
     Si estalla el motor de una limosina nos quedaremos sin
     lider a quien adular.
ÓPTIMO PÍCARO
     Secuestraron al presidente, papá.
(Riendo)

62.
SEVERO PÍCARO
     "Mi teniente" en público.
ÓPTIMO PÍCARO
     Sí mi teniente.
FÉTIDA
     No es verdad, si lo fuera, dejaríamos unos por otros en
     paz. A mí, en cambio, no me disgustan las series de
     televisión.
          Severo Pícaro se acerca a Fétida, la prende de su
          brazo y la sacude con fuerza.
FÉTIDA
     ¡Usted no puede abusar así de mí! ¡Conozco mis
     derechos!
          Severo Pícaro extrae su revólver y engatilla.
SEVERO PÍCARO
     ¡Díganos lo que sabe! ¿En dónde los vio?
FÉTIDA
     ¡En la cafetería! ¡Sobre esa mesa! ¡Ay! ¡No diré nada
     más!
SEVERO PÍCARO
     Si lo hace prometo regenerarla.
FÉTIDA
     ¿Me llevaría a un centro de rehabilitación?
SEVERO PÍCARO
     Y más alto aún. ¡Descríbalos!
FÉTIDA
     Eran dos amantes embusteros. Sevelinda Parada y el
     mismísimo presidente.
          Ruido atronador de motor de auto forzado.
FÉTIDA
     ¡Ahí van!
          El escenario es iluminado por luces cegadoras de
          auto.
          Las risillas y carcajadas estertóreas de Joe
          Hurtado se escuchan entre los ruidos incesantes
          del motor del auto. Ruido de impacto de una
          carrocería que cae abruptamente en una zanja de
          concreto.

63.
          El ruido del motor se incrementa hasta hacerse
          ensordecedor.
          Un humo ténue comienza a entrar al auditorio.
          Severo Pícaro suelta a Fétida, quien huye hacia
          los laterales derechos, desde donde observa.
          Óptimo, entre tanto, sale del escenario. El ruido
          llega a su paroxismo y estalla en un silencio
          entrecortado por carcajadas y pequeñas explosiones
          de gases.
          Severo Pícaro engatilla y guarda su revólver.
Escena 50
          Sevelinda, Fétida, Soila, Joe, Sévero, Amí Amado,
          Óptimo, policías 1 y 2, lagartos.
          Sevelinda Parada y Joe Hurtado entran; éste
          carcajeando y ebrio, con sus ropas desarregladas.
JOE
     ¿No se lo dije?
SEVELINDA
     ¿Y si se muere?
JOE
     Diré que fue subversiva y nos darán una recompensa. ¿En
     dónde dejamos esa botella de whisky?
          Sevelinda Parada se separa y toma la botella de la
          mesa de la cafetería.
          Sirve un vaso de whisky, que entrega a Joe
          Hurtado.
  SEVERO PÍCARO
     Discúlpeme, pero ¿ese auto es suyo?
JOE
     Era, señor policía. ¡Era!
Escena 51
          Sevelinda, Fétida, Joe, Soila, Sévero, Óptimo, Amí
          Amado, Óptimo, policías 1 y 2, lagartos.
          Óptimo Pícaro entra y ve a Sevelinda. Ambos se
          congelan en una mirada de amor. Música celestial.
(A Joe Hurtado)
  
64.
SEVERO PÍCARO
     ¡Cabo Pícaro!
ÓPTIMO PÍCARO
     ¿No es un bonito día?
SEVELINDA PARADA
     Yo aquí trabajo... Digo, trabajaba.
SEVERO PÍCARO
     ¡Cabo Óptimo Pícaro!
          Óptimo reacciona y se presenta en posición firmes
          frente a Severo Pícaro.
ÓPTIMO PÍCARO
     Los sujetos fundieron intencionalmente, según parece,
     el motor de una limusina del Estado.
JOE
SEVELINDA
     A mí no me incluyan en ese paseo.
JOE
     Por si no me has reconocido, soy el Presidente de la
     República de Mondongo. Así que, teniente, preocúpate de
     tus asuntos.
SEVERO PÍCARO
     Eso hago. ¡Documentos!
          Joe Hurtado lo mira desafiante.
          Severo Pícaro extiende su mano ante el rostro de
          Sevelinda Parada.
          (Desafiante)
¿Que si vandalizo la propiedad del Estado? ¡Todos los
días!
SEVELINDA
     ¿A mí? Pero, ¿yo qué hice?
SEVERO PÍCARO
     Identificación...
          Sevelinda Parada saca su billetera de un bolsillo
          de su pantalón, de donde extrae su identificación
          y se la entrega a Severo Pícaro.
          Severo Pícaro la examina y se la devuelve.
          Entonces confronta a Joe Hurtado.
(Asombrada y atemorizada)

65.
SEVERO PÍCARO
     Documento de identificación...
          Joe Hurtado bebe de su botella, ignorando a Severo
          Pícaro.
JOE
     Díle al tombo jefe tuyo que nos llame un taxi.
(A Óptimo)
ÓPTIMO PÍCARO
     ¿No escuchó la orden de mi teniente?
          Fétida retrocede y organiza sus pertenencias,
          preparándose para abandonar el escenario.
JOE
     Al presidente nadie lo manda.
(Temblando)
SEVELINDA
     No le presten atención, Joe Hurtado es...
JOE
     ¿Cuánto quiere? Tengo veinte mil pesos en mi billetera.
ÓPTIMO
     ¡Qué ofensivo! ¿No sabe que el soborno mínimo está en
     cincuenta mil?
          Sévero golpea con la culata de su fusil el
          estómago de Joe Hurtado, quien cae de rodillas
          jadeante.
JOE
     Ustedes no saben con quienes tratan. ¡Tienen cuatro
     segundos para que me den sus nombres! Uno...
          Óptimo observa a Severo Pícaro, quien asiente con
          un ademán.
          Óptimo avanza y golpea con la culata de su fusil
          el cráneo de Joe Hurtado, quien cae al suelo con
          su ojo sangrando. Su vaso estalla al caer.
JOE
     ¡Mi ojo! ¡Me sacó el ojo!
SEVERO PÍCARO
     Así abusamos de nuestro poder, Sr. Presidente.
(Interviniendo)

66.
JOE
     ¿Aplicando los privilegios que yo mismo les otorgó
     contra los civiles fascinerosos? ¡Lamentará toda su
     vida el haberme puesto la mano encima!
SEVELINDA
     ¡Cállese!
(Desesperada)
JOE
     ¡Usted no sabe la gravedad del acto que acaba de
     cometer! ¿Policías? ¡Yo soy el Presidente de Mondongo,
     Joe Hurtado, hijo de Lemus Hurtado.
SEVERO
     ¿Lemus Hurtado? ¿El prócer que ahoga a sus defectores
     en el mar?
JOE
     ¡Y soy pariente de varios santos!
ÓPTIMO
     Yo he rumbeado con el director de planeación
     departamental para el desarrollo de los terrenos
     baldíos de la república vecina de Sancocho.
SEVERO
     Su acción es muy, muy reprochable, Señor Presidente.
JOE
     ¡Les doy un día antes de que los apresen! ¡Y me llama
     ya a su general!
          Severo Pícaro levanta su fusil y apunta a la
          cabeza de Joe Hurtado.
SEVELINDA
     ¡Joe! ¡No hable más!
JOE
     ¡No me voy a callar hasta que no vea a estos dos
     pidiéndome cácao! ¡Y olvídense de su trabajo! Mañana
     mismo los trasladan a la Isla del Gorgojo.
SEVELINDA
     ¡Por el amor de Dios!
SEVERO PÍCARO
     ¿Con qué esta noche tenemos a un majadero?
(Desesperada)

67.
JOE
     Majadera será su amante.
SEVELINDA
     ¡No! ¡No lo oiga! ¡Está borracho!
ÓPTIMO PÍCARO
     Eres una niña inteligente.
               (A Severo)
     Me gustan las muchachas así.
               (A Sevelinda Parada)
     Límpiate las lágrimas.
SEVELINDA
     ¡No discuta más con él!
(Llorando)
SEVERO
     ¿Por qué quemó el motor de la limusina?
JOE
     ¡Porque yo mando aquí!
( Joe Hurtado)
(Clamando)
ÓPTIMO PÍCARO
     Si nos secunda prometo recompensarla.
SEVELINDA
     ¿Cómo?
ÓPTIMO PÍCARO
     Seré oídor de la Corte Suprema de justicia.
SEVELINDA PARADA
     No me diga. ¿Y su papá en ese caso qué será? ¿El
     presidente de Mondongo?
          Severo Pícaro se aproxima a Sevelinda Parada y le
          habla al oído. Ella sonríe.
SEVELINDA
     Si as así, quiero ser reina de belleza.
SEVERO PÍCARO
               (A Joe Hurtado)
     ¿Sabe cuantos millones le costará su crimen a nosotros,
     ciudadanos de esta nación?
JOE
     ¿Un reverendo rábano?
(A Sevelinda Parada)

68.
FÉTIDA
     Yo no pago impuestos.
          Severo Pícaro dirige su mirada a Óptimo Pícaro.
SEVERO
     ¿Limpiamos esta calle? Estoy harto de esta farsa.
ÓPTIMO
     Éste es un hijo de Lemus Hurtado, que no fue tan mal
     presidente.
SEVERO
     ¿Y usted no sabe que yo soy el amante de cabecera de
     Doyla Plata?
JOE, SEVELINDA, FÉTIDA Y ÓPTIMO.
     ¡No!
JOE
SEVELINDA
     Tiene a su amante secuestrada en el baúl del auto.
JOE
     Ah, sí, es Carifea. ¡Y esta una amiguita de
     francachela! ¡Nos gusta levantar a niñitas que se dejan
     escandalizar fácilmente.
          Severo Pícaro extrae su revólver, lo engatilla y
          lo apunta sobre Joe Hurtado.
SEVERO PÍCARO
     Si está muerta, hasta aquí llegó.
          Silencio.
          Fétida habla consigo misma.
          Óptimo Pícaro sale del escenario.
          Joe espera con ansiedad.
(En voz alta)
          (Aparte)
Eso lo cambia todo. ¡Amante de mi esposa! ¡De la
matrona que gobierna esta nación? A este ya le debo un
favor. Otra será mi melodía.
          (A Joe)
No hay necesidad de ir a extremos, señor sentimental.
Olvídese de mi ojo; siempre quise tener uno de vidrio.
Escena 52
Doyla, Fétida, Sevelinda, Joe, Sévero, Óptimo, Amí
Amado, Óptimo, policías 1 y 2, lagartos.
DOYLA PLATA entra al escenario desgreñada y con
moretones en la cara, con un par de zapatos en
mano.
Óptimo entra.
Joe Hurtado ríe incontrolablemente.
69.
  JOE
FÉTIDA
     ¡A mí no me involucren que yo no tengo velas en este
     entierro!
JOE
     ¡O a Sevelinda Parada!
SEVELINDA
               (Severa)
     ¿Pero quién se cree usted? Nunca vi al Presidente en
     toda mi vida.
          Joe Hurtado se arrodilla.
JOE
     ¡Perdóneme! ¡La pagaré uno, dos millones! ¡Los tiene
     Sevelinda!
SEVELINDA
     ¿Yo?
          Doyla Plata abraza a Joe.
DOYLA PLATA
     ¡Tengo hambre!
SEVERO PÍCARO
     Tiene suerte que la secuestrada no sufrió gran cosa.
          Severo retrae su fusil.
SEVERO PÍCARO
     Necesitamos su ayuda en las próxima elecciones.
               (A Óptimo)
     Llame a una ambulancia y préndale fuego al auto.
          (Riendo)
¡Era sólo un juego! ¡Pregúntenle a la loca que lo vio
todo!

CONTINUED:
70.
          Óptimo sale.
          Fétida sonríe y se acerca a Severo.
FÉTIDA
     ¡Qué conciliatorio es usted señor teniente!
SEVERO
     ¡Somos seres humanos después de todo!
          Se oye un disparo.
          Joe sufre una convulsión y cae sobre el tablado.
FÉTIDA
     ¿Está muerto?
          Severo le toma el pulso.
SEVERO
     Un paro cardiaco fulminante.
FÉTIDA
     Sin testigos. ¿Muerto?
SEVERO
     Ahora yo seré presidente.
Apagón.
Escena 53
          Prócer, Sevelinda, Joe, Soila, Sévero, Óptimo, Amí
          Amado, Óptimo, policías 1 y 2, lagartos.
JOE (O.S.)
     ¿Relatando al mundo mi oscuro pasado? ¡De mí memoria
     nadie se burla!
          Joe, prócer, entra con una espada y ataca a Amí
          Amado, quien grita.
          Todos huyen despavoridos del escenario.
          Amí Amado cae transpasado por la espada.
          Todos los personajes entran, excepto Olimpio y
          Fétida Elsa Podiondo.
          El prócer es apresado por los lagartos.
  
71.
LAGARTOS 1
     ¿Qué horrible crimen vimos?
     Nos quedamos sin comunicador.
     Calmémonos sin trinos
     De este insigne prócer
     Severo será el libertador.
ÓPTIMO
     ¡Papá!
          Severo y Óptimo se abrazan.
          Los lagartos aplauden.
          Confeti, pólvora.
SEVERO
     A cada uno de los presentes daremos en consignación un
     apartamento en Copa Cabana, cortesía de la explotadora
     ecológica Elmer Curio. Y en cuanto a la estatua
     asesina, suéltenla.
          El prócer es liberado y sale volando.
Escena 54
          Elvio, Sevelinda, Joe, Soila, Sévero, Óptimo, Amí
          Amado, Óptimo, policías 1 y 2, lagartos.
          Elvio entra sin cámara.
LAGARTOS 1 & 2
     ¡Qué vivan las multinacionales!
     Sin ellas no habrían empleos, comisiones,
     malformaciones genéticas;
     Elmer Curio respalda sin merodeos
     La estatua actuó en defensa propia
     Amí Amado fue un grosero.
BUSTOS DE LA VACA
     Este fantasma nos salva de la inopia
     La de Amí, dicharachero.
  
CONTINUED:
72.
ELVIO
          (Aparte)
Los teléfonos portables han dado al traste con mi
profesión. Desde hoy compartiré con ustedes mis pinitos
en el difícil arte de la adulación.
          (A los lagartos)
Yo que soy tan pobre y además descendiente de indígenas
explotados desde la conquista, he sido testigo de un
crimen fragante contra la libertad de expresión;
solicito, por lo tanto, que no me den uno, sino dos
apartamentos en Copacabana.
     Óptimo dispara sobre Elvio, quien cae muerto.
     Severo hace una señal con su rostro y los policías
     arrastran su cadáver fuera.
     Óptimo toma el micrófono de las manos de Amí;
     luego toma a Sevelinda de la mano y la lleva al
     centro del escenario, en donde deja el micrófono
     en sus manos.
SEVERO
     ¡Calma en la sala! ¿Aprobamos achacarle al ánima
     vengativa de Joe la muerte de éste y todos los
     deslenguados de Mondongo?
LAGARTOS
     Noción aprobada.
SOILA
     ¡Inocente!
SEVELINDA
(Golpeando su mazo)
               (Al micrófono)
     A los dos años de nuestra independencia todo es
     celebración. Y nuestro comunicador Amí Amado hizo
     realidad el sueño de su larga vida. ¡Morir por amor a
     la primicia! ¡Una tragedia admirable! ¡Amí se atrevió a
     jugar a la ruleta rusa entrevistando a gente belicosa!
LAGARTOS
     ¡Y adivinó la bala!
     ¡Todo un performance!
LKAGARTOS 2
     Agradecemos al tesón,
     el emprendimiento y la inteligencia
     del mejor juez del mundo,

73.
     el doctor Óptimo Pícaro.
     ¿Algunas palabras de sabiduría
     para nuestra teleaudiencia?
ÓPTIMO PÍCARO
     Sólo quisiera añadir que somos un país que ha logrado
     la paz con un índice bajo de consumo de barbitúricos, y
     todo gracias a nuestro código penal.
SEVELINDA
     Un código que usted formuló, cabe recordar a la
     audiencia.
ÓPTIMO PÍCARO
     La dicha no me cabe...
(Con lágrimas en sus ojos)
          Óptimo abraza a Sevelinda.
          Salen.
Escena 55
          Sévero, Soila, policías 1 y 2, lagartos.
LAGARTOS 1
     Si el presidente lo hizo
     Con más razón su hijo
     Hablamás jurisprudente
     Listo de patrimonio liso
     Hijo del expresidente.
SOILA
     Su principal problema, Severo Pícaro, es el abolengo de
     Sevelinda Parada, ¿no es así?
SEVERO PÍCARO
     Quizás.
SOILA
     ¿Es cierto que Sevelinda es su hija bastarda?
LAGARTOS
     Una tabú se desvela
     ¿Severo tiene una hija

  
74.
LAGARTOS (cont’d)
     Fera de su matrimonio?
     ¿Y es novia de Óptimo?
SOILA
     ¿Puede usted negar que la engendró hace diecisiete años
     en la hacienda "La Concupiscencia"?
          Sevelinda regresa en baby doll.
Escena 56
          Sevelinda, Sévero, Óptimo, policías 1 y 2,
          lagartos.
          Sevelinda entra.
          Óptimo la sigue en bata.
SEVELINDA
     ¡No puede ser! ¡Papá!
          Sevelinda abraza a Severo Pícaro.
ÓPTIMO PÍCARO
     ¡Qué horror!
SEVERO PÍCARO
     ¿Ahora si me entiendes hijo? Todo lo hacia por tu
     bienestar. ¡Ah, qué final tan vergonzoso! ¡Quiero
     sacarme los ojos!
SEVELINDA
     No entiendo. ¿Cuál es el problema?
LAGARTOS 1
     ¡Qué horror! ¡Qué desilusión!
     No avalamos el incesto
     Que el oídor deje su cesto
     Y se vaya de vacación.
Escena 57
          Olimpio, Aquiles, Soila, Sévero, Óptimo, Fétida,
          policías 1 y 2, lagartos.
          Fétida entra en traje negro ceñido a sus curvas,
          de la mano de Aquiles.
    
CONTINUED:
75.
Olimpio entra con un atado de fotos.
OLIMPIO
     ¡Un momento! Solicito a la audiencia presente que
     examine estas fotos de la despedida de soltero que tuvo
     lugar el día que Sevelinda Parada fue engendrada en la
     finca del club de la policía.
          Olimpio distribuye fotos entre los lagartos, Soila
          Cerda, Sevelinda, Joe y Óptimo.
          Las fotos se proyectan al fondo.
SEVERO PÍCARO
     Usted era mesero en dicho club.
OLIMPIO
     En efecto, "Concuspicencia", un lupanar de abolengo a
     las afueras de ciudad Mondongo.
SOILA
     ¿Y esa fue la mujer que usted preñó?
OLIMPIO
     Mientras Joe caía borracho yo tuve mi francachela con
     ella. ¡Magnolia, que en paz descanse!
SEVERO
     ¿Y por qué guardo el secreto?
OLIMPIO
     Gracias a ello Sevelinda recibió una buena educación.
     ¿Que podía esperar de un traficante de puestos para la
     fila de conducción, cuando tengo que dar el ochenta por
     ciento de los ingresos al testaferro del parlamenteario
     que...
LAGARTOS
     Basta. ¿No ejerces la prudencia?
     Aún podemos alterar esta comedia
     Y darte una muerte de pendencia.
     Somos de la tortura enciclopedia.
SEVELINDA
     ¡Papi!
OLIMPIO
     ¡Hija!
          Sevelinda abraza a Olimpio.

76.
SOILA
     ¡Entonces todo está zanjado! ¡Por favor, padre e hijo
     hagan de nuevo las pases!
          Joe y Óptimo se miran renuentemente al principio y
          al fin se abrazan.
ÓPTIMO PÍCARO
     ¡Papito!
SEVERO PÍCARO
     ¡Hijo!
LAGARTOS 1 & 2
     Qué sapiencia, que virtud
     No hay mejor jueza en la nación
     A juzgar por su aptitud
     Una lagarto de corazón.
OLIMPIO
     ¡Hoy revelé mi secreto! ¡Pero con tanta felicidad, ya
     poco importa!
          Olimpio y Soila se abrazan y se besan.
          Entra Fétida Elsa Podiondo acompañada de los
          policías 1 y 2.
FÉTIDA
     ¡Un momento! ¡Arréstenla!
          Los policías aprehenden a Soila Cerda.
SEVERO PÍCARO
     ¿Qué ocurre?
FÉTIDA
               (Aparte, a Soila Cerda)
     ¡Se suponía que debías consolidar, no disolver mi
     matrimonio!
               (A todos)
     Hemos descubierto que la magistrada es una farsante. Se
     hace pasar por jueza, pero su diploma carece del
     apostillado requerido por el ministerio de relaciones
     extranjeras.
SOILA
     ¡Ustedes me obligaron! ¡Ayúdeme Olimpio! ¡Sevelinda!
     ¡Hijastra mía!

77.
LAGARTOS 1 & 2
     Sin una firma autenticada
     No vale azul ni verde
     Nuestra sucia jugada
     Quien no auténtica pierde.
FÉTIDA
     A falta de pan, vino.
               (A Aquiles)
     ¡Ahora no me resta sino ser tu amante Aquiles!
AQUILES ¿Yo?
               (Aparte)
     Siempre hay una primera vez.
Música.
          Todos bailan por parejas en tanto los lagartos
          cantan: Óptimo y Sevelinda; Olimpio y Soila;
          Sévero y Doyla; Aquiles y Fétida; Elvio y Amí
          Amad; Pombo y Platillo y Alberto Carlos Bustos de
          la Vaca; los dos policías.
LAGARTOS 1 & LAGARTOS 2
     Tiempo de rumba y de manjar asado
     De feria con cumbia y ron colorado
     De recibir gratos abrazos
     De regalos y de aplausos.
     La pesadilla tuvo su momento
     La paz ya ha vuelto a la nación
     Pícaro y Pícaro son ejemplo
     Ante la la antigua administración.
     Tiempo de rumba y de manjar asado
     De feria con cumbia y ron colorado
     De recibir gratos abrazos
     De regalos y de aplausos.
     La pesadilla tuvo su momento
     La paz ya ha vuelto a la nación


78.
LAGARTOS 1 & LAGARTOS 2 (cont’d)
     Pícaro y Pícaro son ejemplo
     Ante la la antigua administración.
          Sale el coro bailando y cantando.

          Las luces se desvanecen.